34

117 21 14
                                    

–¿De verdad vamos a hacerlo?– Pregunté a Mike mientras terminaba de subir sus maletas

–Si, ¿No quieres?– Me pregunto acercándose a mi, acariciando mi cabello– Te ves lindo con mi ropa

–No tengo nada más que ponerme– Dije sonriendo– Quiero hacerlo, pero me preocupa. ¿Crees que estaremos bien?

–No lo sé, y no te haré una promesa vacía Erwin, pero yo no necesito nada más que a ti– Respondió envolviendo mi cuerpo entre sus brazos– Y estoy seguro que estaré bien si estás a mi lado, no importa si discutimos, si estamos tristes, solo quédate conmigo.

–Te volviste cursi– Respondí tomando sus mejillas– Cambiaste tanto, antes nunca hubiera creído que estaríamos juntos de está forma

–Yo tampoco, realmente fui un idiota– Apreté sus mejillas, haciendo que frunciera los labios– Esho duele

–Vamonos de una vez, tenemos mucho que hacer– Me aleje de él y subí a su auto, esperando que hiciera lo mismo

–Sera un viaje muy largo, así que nos detendremos en algunos lugares. Serán unas vacaciones– Dijo encendiendo el auto, para entrar al tráfico

–Estoy emocionado con esto– Dije recostandome en el asiento.

Recordando la última vez que estuve en un auto con el, abrí la guantera y justo como creí, había una caja de condones y lubricante. Lo mire burlón a lo que solo se encogió de hombros, y lo cerré

–Esos condones no van a alcanzar– Mencioné como si nada, haciendo que Mike riera

–No es como si los usaramos

–Por eso tengo dolor de estómago, te duermes estando dentro y no puedo sacarlo– Me queje, haciendo que se sonrojara

–Prometo limpiar

–Lo has dicho varias veces y nunca lo haces, terminas dormido sobre mi– Dije cruzando los brazos

–Lo siento, lo siento, prometo que lo haré

Seguimos discutiendo sobre eso y otros temas, fue divertido hablar tanto con el, sin preocuparme porque alguien pudiera vernos o que debía llegar a tiempo. Estaba disfrutando de una hermosa libertad a su lado.

Viajamos por varias horas hasta que nos detuvimos en un pequeño hotel. Estaba realmente viejo, y las camas eran demasiado pequeñas pero fue emocionante quedarme ahí. Descubriendo cosas diferentes y acostumbrándome a una vida simple.

Ya no había lujos, no había gente trabajando para mí. Ya no debía fingir ser un hombre de negocios recto y serio, podía reírme todo lo que quisiera, podía llorar, enojarme. Besar a Mike cuánto quisiera, sin miedo al que dirán.

Fueron unas vacaciones cortas, pero que siempre iba a recordar.

Cuando el viaje termino, nos dedicamos a conseguir un apartamento para ambos aunque tuve una pequeña discusión con Mike por quién lo escogería. No iba a dejar que el lo hiciera

–¿Por qué no?– Me reclamo de nuevo, mientras salía del lugar

–Mike, el piso se está rompiendo y tiene goteras por todas partes, ¿Cómo vamos a vivir ahí?

–Pero es barato

–¿Y eso que?

–Pero es lindo el cuarto...

–No, busquemos otro– Di por terminada la conversación, mientras el me seguía

–Yo voy a pagarlo– Dijo entonces, haciendo que me detuviera

Malos Hábitos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora