Malos Hábitos

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–¡Mike!– Grito Pieck llamando mi atención– Debo irme, al parecer necesito arreglar unas cosas sobre el bar con Hange– Tiro un poco de su cabello y me miró, ansiosa– No se lo que está pasando, pero algo sucedió con Erwin

–Lo sé, yo... También necesito irme

Ella solo asintio y corrió hasta su auto, donde arranco com fuerza, haciendo el asfalto chirriar. Quería hacer lo mismo, pero no pude evitar regresar y revisar las puertas del bar, Pieck ni si quiera se fijo en eso.

Corrí hasta mi auto para irme, listo para retroceder y salir, cuando vi a Erwin caminar hacia el bar. Me quedé inmóvil, viéndolo acercarse y después, mirar hacia mi. Llevaba un pantalón de vestir azul, su tipica camisa blanca sin corbata y la chaqueta colgada de su brazo.

Baje del auto, sin dejar de mirarlo. El se acercó unos pasos y después se detuvo. Estaba sonriendo, no lo entendía.

–Hola Mike– Me saludo suavemente– ¿Vas a algún lado?

–Si, yo... Iba a buscarte– Respondí cerrando la puerta del auto– Las noticias...

–Si, se extendió muy rápido– Respondió encogiéndose de hombros– Pero tal vez sea mejor así

–¿Qué... Sucedió?– Pregunté confundido– ¿Dónde está Mikasa?

–Bueno, al final no aceptamos el trato– Respondió riendo un poco– Ella lo rechazo en realidad y después, le dijo a la abuela que era una perra

–¿Mikasa hizo eso?– Pregunté sorprendido

–Si, fue increíble. Después de eso, la abuela estaba muy molesta pero llegué a un acuerdo con ella– Camino unos pasos más, hasta quedar cerca del auto

–¿Qué acuerdo?– Mis manos estaban temblando, el nerviosismo no me dejaba hablar correctamente

–En realidad fue un negocio. Compré la empresa Azumabito, pero la puse a nombre de ellos, en realidad nunca me interesó tenerla– Respondió suspirando–Y lo más importante, renuncie al apellido Smith

–¡¿Qué?!– Pregunté caminando hacia el por inercia, demasiado impactado– ¿Cómo que renunciaste?, ¿De que hablas?

–Lo que escuchas, deje todo. Y le di todos los negocios que tenía a la abuela a cambio de Azumabito, excepto por las acciones del bar, esas las tendrá Mikasa también

–¡Pero Erwin!, ¿Por qué hiciste eso?, ¡No debías hacerlo!

–Tal vez no, pero fue la única forma que se me ocurrió. Durante este mes, me dedique a entregar todo, este traje fue lo único que me quedo– Dijo riendo, aunque fue un poco doloroso escucharlo– Acabo de firmar los últimos papeles y... solo pude pensar en ti

–Y-Yo...

–No necesitas decir nada, ambos sabemos que tienes razón. Me equivoqué y casi te pierdo, todo esto solo es consecuencia de lo que decidí– Se acercó de nuevo a mi, está vez quedando justo frente a mi– Así que ahora este soy yo, un estupido que no tiene ni si quiera donde dormir pero, ¿Podrías aceptarme de nuevo?

No podía responder nada, estaba demasiado confundido y asustado, todo se sentía demasiado irreal. Toda la situación era extraña y me estaba costando un poco comprenderla. Pero lo único que sabía con certeza, era que Erwin estaba aquí, justo frente a mi. Qué una de sus manos acaricio mi mejilla, y que sonrió suavemente hacia mi

–¿Mike?– Pregunto, haciendo que por fin pudiera hablar

–Prometo ser un buen esposo– Fue lo único que pude decir, mientras el comenzaba a reír