El viento de primavera entra a través de mi ventana entre abierta. Me giro dormido hacia la derecha para acomodarme en una posición más cómoda y continuar con mi pequeña siesta como todos los fines de semana.
Siento como alguien comienza a tocarme la cara con unos dedos largos, aprieta mi nariz para cortarme la respiración y eso provoca que me sobresalte y abra mis ojos como platos. Me encuentro con los verdes ojos de mi hermana mayor y en su rostro está la sonrisa juguetona que pone siempre cada vez que me molesta.
-¡Dominica!-Exclamó con voz ronca.-¿Cuantas veces te he dicho que no entres a mi habitación y mucho menos que me despiertes?
-Ay tranquilo,gruñón.- Dice entre carcajadas. Sus rizos rojos vuelan hacia atrás cuando se baja de la cama- Toqué varias veces pero estabas durmiendo como una roca.- Explica mientras yo me siento en el borde de la cama aún algo dormido.
-¿Y cortarme la respiración mientras duermo te pareció lo más sensato?- Su sonrisa juguetona volvió a aparecer en sus finos labios rojos.- ¡No es gracioso!
- Por la cara que pusiste sí.- Suelta una pequeña carcajada.- Vete a mojar esa cara de dormido y peinate. Nos vamos al centro comercial con mamá.
-¿Y que se supone que vamos a comprar?- Preguntó aun molesto pero me pongo de pie. Camino hasta mi baño y abro la canilla para tirarme agua en la cara.
-Mi vestido genio.- Dice como si fuera obvio.- Además, mamá quiere comprarse unas nuevas botas.
-¿Y por qué tengo que ir yo también de compras con ustedes?- Camino hasta mi vestidor y me quito la playera para colocarme otra limpia y no tan arrugada.
-Porque te vendría bien salir y porque de seguro querrás libros nuevos.- Una sonrisa aparece en mi rostro pero Dominica no puede notarlo porque se volteo para no verme cambiarme.- Y necesitas ropa nueva para este verano.
- Prefiero los libros.- Digo mientras paso junto a ella. - Vamonos maldito demonio.
-Callate enano.- Me empuja levemente y yo suelto una risa por lo bajo.
Bajamos las escaleras entre empujones y veo a mi madre en el salón colocandose sus aretes frente al gran espejo que está sobre la chimenea. Me siento en el banco que esta junto a la puerta y me coloco mis tenis. En casa a mi madre no le gusta que caminemos con el mismo calzado que andamos en la calle porque dice que ensucia mucho y trae bacterias.- Cosa con la que yo estoy de acuerdo. - Dominica se coloca junto a mi para calzarse mientras habla con mi madre sobre sus hermosos aretes nuevos.
-¿Te cambiaste de ropa, Max?- Pregunta mi madre mientras se acerca a nosotros y se coloca sus zapatos de tacón. Yo asiento levemente.- Genial.
-¿De verdad es necesario que vaya?- Tal vez todavía pueda zafarme de ir y quedarme en casa leyendo o escuchando música.
-Si, quiero comprarte ropa nueva y tal vez quieras unos libros nuevos.- Dominica me mira con una expresión de "Te lo dije".- Te viene bien tomar un poco de aire de vez en cuando, Max.
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Dulces miradas
RomanceEn la pequeña ciudad de Lviv, Ucrania. Vive Max, un adolescente que lleva su vida monótona hasta que la llegada de un chico nuevo. Este hará que Max comience a descubrirse a nivel personal al igual que sacar a la luz secretos de su propia familia. ...