☆Capítulo 3☆

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Camino por el pasillo amplio de la escuela, me dirijo a mi siguiente clase junto con Anastasia y Klara, mis dos mejores amigas

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Camino por el pasillo amplio de la escuela, me dirijo a mi siguiente clase junto con Anastasia y Klara, mis dos mejores amigas. Ambas hablan sobre la tarea y sobre su clases de ballet. Recuerdo que ellas habían insistido que me anotara pero había pensado que tal vez no era una buena idea, ya que para muchos chicos eso es de mujeres y me molestarían más de lo que ya lo hacen a veces. 

- ¿Max, vienes en la tarde a mi casa?-Pregunta Klara antes de que entremos en el salón. 

- Ehh...¿vamos a ser nosotros solos o va a venir alguien más?- La miro con los ojos entre cerrados. 

- Solo nosotros, tranquilo.- Yo asiento después de eso. Sabe que no me gusta estar con muchas personas y ya tengo suficiente con la escuela. 

Mientras todos nos acomodamos un chico estaba parado junto a la profesora. Tiene el pelo largo hasta los hombros pero algo rizado ,ojos verdes casi grises y es super blanco de piel. El contraste que hace con su cabello negro azabache es fantástico.

- Chicos hoy tenemos un nuevo compañero.-Anuncio mientras todos mirábamos al chico de mediana altura. Supongo que estaba nervioso o yo lo estaría porque percibía una vibras raras en el salón de clase.-¿Quieres presentarte?

- Esta bien...- Carraspea para aclarar la voz.- Soy Alexander Valika, tengo catorce años y vengo de una ciudad pequeña al norte de Rusia llamada Yakutsk. 

- Espero que reciban a Alexander con mucho cariño y lo hagan sentir cómodo.-Nos ordenó la profesora. Sabía que no a muchos les caen bien los rusos, dicen que son muy fríos y muy egoístas además de comunistas. -Puedes sentarte junto a Máximo.

La profesora está señalando mi lugar y diciéndole algo al oído y ya supongo lo que debe ser, lo está mandando a sentarse junto a mi- ¡Junto a mí! -No puedo creerlo. Respiro por la nariz y exhalo por la boca para calmar mis nervios, odio que hagan eso. Cuando Klara entro nueva en la escuela también la sentaron junto a mí y no fue tan malo ya que ahora somos mejores amigos pero ella era mujer, y digamos que yo no encajo muy bien con los chicos.

- ¿Te molesta que me siente aquí?-Pregunta mientras me mira atento. Supongo que noto mi cara de disgusto. Yo niego con la cabeza varias veces y él se acomoda junto a mí. 

Para mi suerte la clase pasa muy rápida y no intercambie ninguna palabra con el. Me levanto lo más rápido que puedo al escuchar la campana, guardo mis cosas en la bolsa, me la subo al hombro y salgo con Klara y Anastasia. 

- ¿Y cómo es el maldito ruso?-A Klara no le gustan los rusos porque su padre es militar y en este momento hay algo de tensión entre las fronteras con ese país.-No entiendo que hacen viniendo aquí.

- No hablamos, por suerte. Tampoco me interesa hablarle pero supongo que en algún momento debería.-Digo sin darle mucha importancia.- Aunque no es culpa de él ser ruso. 

- ¡No digas eso Máximo! Mientras menos hables con él va a ser mejor.- Me regaña con el ceño fruncido.- Esas ratas rusas no pueden traer nada bueno.

Dulces miradasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora