Suspiro irritado al sentirme observado de nuevo; porque, una vez más, el grandullón está clavándome la mirada en la nuca y no tengo muy claro a qué es debido. Tanto Joaquín como la jirafa, respetaron mi decisión de no notificar lo que ha ocurrido a la dirección del colegio como tampoco a mis padres; por lo que, el grandullón se ha paseado sin ningún inconveniente durante todo este tiempo.
No tuvo ninguna represalia por lo sucedido y, sin embargo, me siento mucho más inseguro que aquel día. Me gustaría poder enfrentarle y preguntarle si tengo monos en la cara, pero, de momento, mi instinto está perfectamente y me dice que no lo haga. Además, no soy al único que mira fijo, sino que, en ocasiones, he notado cómo sigue con la mirada a la jirafa.
No considero al grandullón un lumbreras como para que logre averiguar que Ian y yo estamos saliendo, pero está claro que el hecho de que la jirafa saliera en mi defensa no le ha pasado para nada desapercibido y, creo, que ese es uno de los motivos principales de mi intranquilidad. Soy consciente de que Ian no es precisamente pequeño y frágil, pero no me perdonaría que le pasara algo por mi culpa.
Finalmente, la sensación de sentirme observado se disipa en cuanto mi mejor amigo entra en acción y rodea mis hombros con una cara de auténtica felicidad.
-¿Qué ha pasado?- pregunto.
-¿"Qué ha pasado", de qué?
-No te hagas el loco.- digo acompañándolo con una mirada de "tú a mí no me engañas".- ¿Por qué estás tan contento?
-¿Estoy contento?
-Sí, Joaquín, no paras de sonreír.
Le golpeo el costado con un codazo haciendo que se doble y quite su brazo de sobre mis hombros. Me río bajito ante su exagerada reacción, pero espero paciente a que se recupere para instarle con la mirada a que hable.
-Tengo una cita.- dice finalmente.
Me sorprendo de su confesión y no porque Joaquín vaya a quedar con alguien sino, más bien, por el término utilizado. Mi mejor amigo puede ser un chico tirando a tranquilo, que puede que te pase desapercibido a primera vista, pero creo que nunca ha tenido problemas de ligues y, a pesar de ser conocedor de todas sus historias amorosas, nunca se ha referido a ninguna de ellas como "cita".
-¿Es la primera vez que quedáis?
-No, en absoluto, pero es la primera vez que vamos a quedar para algo más.
-¿"Algo más"? – repito sin tener muy claro a qué se refiere.
-Para algo más que follar.
-Oh.- digo sorprendido y escuetamente.
Noto que mis orejas comienzan a arder y murmuro malhumorado por la reacción natural de mi cuerpo. A pesar de que sé que mi mejor amigo hace ese tipo de cosas, no necesitaba ser conocedor de su activa vida sexual; es decir, me vale con saber que se está viendo con alguien. Al igual que nadie quiere saber que sus padres han tenido o tienen sexo, yo no quiero saber lo de mis padres ni lo de Joaquín.
-Respira, Noah.- dice en tono burlón y dándome un par de palmaditas en la espalda.- No te voy a dar más detalles que eso.
-No te pases de gracioso, ¿o debo recordarte quién es Watson de los dos?
-No lo sé.- dice con fingida inocencia.- Quizás, ¿tú?
![](https://img.wattpad.com/cover/50812049-288-k245250.jpg)
ESTÁS LEYENDO
El Skate de Kobe Bryant
RomanceEstá Noah con su 1'62, una corta melena pelirroja y sus ojos verdes. Tiene un solo amigo: Joaquín y un secreto: el baloncesto. El clásico chico bajito, inteligente y empollón que es el objeto de todas las burlas, pero éste con su malhumor no se deja...