Dos semanas después de haber huido de la azotea, todo se ha vuelto demasiado tranquilo. No he vuelto a hablar con la jirafa. Nos cruzamos por los pasillos, nos vemos en clase y en el comedor, pero él hace como que no existo. No se mete conmigo, no me llama "princesa" ni "pequeña Noah", ni siquiera me mira. Tampoco apareció el martes por la cancha en la que supuestamente deberíamos de vernos hasta que le gane. Estos catorce días deberían de ser los mejores días de toda mi vida porque, finalmente, he recibido lo que tanto he ansiado en mis años de instituto, la tranquilidad.
Sin embargo, ningún sentimiento alegre podría definirme en estos momentos. No lo entiendo, pero creo que la forma en la que Ian me trataba últimamente no me disgustaba del todo, continuaba siendo un completo gilipollas, pero con algo distinto que no me desagradaba. Noto el enfado y el malestar creciendo en mi interior. No sé por qué pienso en la estúpida jirafa. Si él pasa de mí, mejor. Me acostumbraré a esta calma y tranquilidad diaria. Porque no es como que le eche de menos. Ni que el popular pueda ganarse un sitio en mi vida en menos de una semana. Frunzo el ceño molesto. Aunque hayan sido dos en las que me ha ignorado.
-Noah, te estoy hablando.- irrumpe mi mejor amigo mi hilo de pensamientos.
-¿Qué? Ah, lo siento.
-¿Te pasa algo? Llevas unos días rarito de cojones.
Le miro y veo la preocupación reflejada en sus ojos. Joaquín no se merece aguantar mi mal humor días tras día y no decirle el motivo, pero tampoco me parece que decirle que mi dolor de cabeza se debe a una estúpida jirafa popular y gilipollas. Suspiro entre irritado y agotado.
-Una chica lleva ignorándome desde hace días.- confieso y miento a la vez.
-¿Qué chica no te ignora?- se ríe.- No, ahora en serio, ¿desde cuándo hay una tía en tu vida?
Buena pregunta.
-Es la que conocí este verano.- miento de nuevo.
-¿Y que pasó?
-Pues...- pongo a funcionar a mi cerebro para inventarme alguna verdad distorsionada.- Nos encontramos por el centro y me invitó a tomar algo, pero la rechacé alegando que tenía clase, lo hice para evitar un momento incómodo...y ya sabes la suerte que tengo... Así que... cuando estaba tomando algo con otra chica, mi vecina, apareció ella y obviamente me vio. Decidí salir de allí para evitar la situación tensa, pero me olvidé la chaqueta y volví. Me crucé con ella de pleno, me trató de forma fría y creo que estaba bastante mosqueada. Mi segunda mala decisión fue mandarla a la mierda e irme de nuevo.
-Sin duda tu mayor error fue el no haberte quedado.
-Ya...- digo dudoso ante la historia más que improvisada.- Pero me sentía incómodo...
-¿La tía te mola?
Me quedo en blanco unos segundos. ¿Me gusta la jirafa? No, ¡no! ¡Claro que no! No puede ser, ¿no? Estamos hablando de Popular Uno, un hombre que, además, se mete conmigo. No puedo ser tan subnormal.
-Eh... no.- contesto más inseguro de lo que me gustaría.
-Da igual, deberías de hablar con ella.
-Te he dicho que me ignora, Joaquín.
-Llámala.
-No tengo su número.
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El Skate de Kobe Bryant
RomanceEstá Noah con su 1'62, una corta melena pelirroja y sus ojos verdes. Tiene un solo amigo: Joaquín y un secreto: el baloncesto. El clásico chico bajito, inteligente y empollón que es el objeto de todas las burlas, pero éste con su malhumor no se deja...