El primer sábado de vacaciones de Navidad implica salir de fiesta y, a pesar de que mi estado de ánimo no es muy recomendable, le he dicho a mis amigos de mi anterior colegio que nos veríamos. Hemos decidido juntarnos todos, salir a cenar y después tomar algo sin una hora límite. Ellos todavía se siguen viendo ya que van al mismo instituto, en cambio yo, asisto a otro diferente y son pocas los días en los que conseguimos reunirnos. Por tanto, si les digo ahora que prefiero quedarme en mi casa, vendrán a quemarme el timbre.
Decido enchufar el móvil al altavoz y ponerme un poco de música para automotivarme mientras me arreglo. Me pongo unos vaqueros simples junto una camiseta blanca y una camisa a cuadros de diferentes colores, de zapatos unas simples Converse blancas de tobillo alto y de abrigo la clásica parka verde. No le pongo tanto interés a mi vestuario como se lo pongo al de Noah cada vez que consigo convencerlo de salir de fiesta.
Después de la cena, nos dirigimos al lugar de encuentro donde se hace botellón, cada uno de mis amigos se ha bajado su propia botella de alcohol mezclada con algún refresco mientras que yo he decidido pasar de beber esta noche. Mi estado apático no creo que sea muy compatible con una borrachera.
Encontramos un banco libre donde nos sentamos y comienzan a beber, la noche transcurre en aquel sitio donde se para todo aquel que nos reconozca. Poco después, uno de mis amigos, que había desaparecido en combate, vuelve con un grupo de chicas que acaba de conocer. El resto se levantan para presentarse y quizás conseguir algún ligue mientras que mi ausencia de ánimo hace que me quede sentado sin prestar atención a la conversación. Debería de irme a casa, he ido a la cena y he aguantado hasta ahora, creo que he cumplido lo suficiente. Una de las chicas se sienta a mi lado, pero no le presto atención.
Me gustaría saber por qué no me lo estoy pasando bien y por qué no tengo ganas de pasarlo bien, tengo esa clase de sentimiento carente de emociones que tiene un motivo detrás, pero no sabes cuál. Tengo una familia, amigos y he aprobado todo, incluso tengo la mejor nota en el proyecto de Tecnología. Al final, no ha sido tan horrible trabajar con el pijo, a pesar de que él es insoportable y a la mínima oportunidad se me tire al cuello. También debo de obviar que he aceptado estar en una extraña relación sexual con David a pesar de ser un hombre.
-Hey.- irrumpe mis pensamientos mi nueva compañera de banco.- No se te ve muy animado.
-No es mi noche.- sonrío sin ganas.- Soy Joaquín.
-Creí que nunca te presentarías.- me sonríe sincera.- Yo Eleonora.
-Nunca había escuchado ese nombre.
-Me lo dicen mucho.- se ríe.
Me permito dirigir mi mirada sobre ella por primera vez en toda la noche. La chica tiene una melena ondulada y negra azabache, a pesar de ser de noche, puedo adivinar que debe de ser sedoso al tacto, sus ojos son grandes, redondos y marrones y sus pestañas son muy largas y frondosas, gracias en parte a la máscara de pestañas que se ha puesto. Además, su nariz es pequeña y respingona y sus labios pintados de color morado oscuro son gruesos y carnosos. Con referencia a la ropa, lleva unos pantalones negros de tiro alto con una rotura en las rodillas, en el interior de dichas roturas se pueden ver unas medias de rejilla para adornar, encima lleva un crop top blanco y una camisa negra a cuadros blancos. De abrigo lleva una chaqueta vaquera larga y de calzado unos botines de plataforma.
La verdad es que es una chica muy guapa y, no sé si será por su nombre o la aura que desprende, pero parece ser única. Decido alargar mi conversación con ella para llegar a conocerla y el tiempo es lo que pasa con nosotros dos sentados en aquel banco.
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El Skate de Kobe Bryant
RomanceEstá Noah con su 1'62, una corta melena pelirroja y sus ojos verdes. Tiene un solo amigo: Joaquín y un secreto: el baloncesto. El clásico chico bajito, inteligente y empollón que es el objeto de todas las burlas, pero éste con su malhumor no se deja...