Capítulo 2: ¿Azotea?

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No creí que empezaría mi nuevo curso plantado delante de la entrada a mi instituto. ¿Qué digo "plantado"? El popular no me ha dejado plantado, me ha robado y se ha ido. Cosa totalmente diferente. Las miradas curiosas y las risillas a mi alrededor me molestan. Suspiro irritado. Bienvenido Noah a tu primer año de bachillerato. Si cree que voy a hacer lo que me diga está muy equivocado. No pienso irle detrás. Aunque tiene mi cómic. Debería de recuperarlo, pero ¿dónde se supone que voy a encontrarle? Sé que a menudo se salta las clases porque ha sido uno de mis compañeros desde mi tercer año de secundaria. Eso significa que si quiero mi cómic de vuelta tengo que faltar a clases también. Ian-Muérete me regala un hermoso e intenso lunes. Supongo que se pasará el día en la azotea, donde creo que se reúne la gente "popular" para hacer cosas "productivas", así que, quizás, en algún momento, decida pasarme para evitar que entre esa productividad se incluya el destrozar, quemar, romper, mojar o despedazar mi libro.

Sin embargo, lo primero de todo es saber en qué clase estoy y descubrir a quién tengo que soportar este año como compañeros. Rezo para evitar a los graciosillos, a los populares y a los grandullones. Quiero un curso tranquilo y pacífico. Por favor.


-¡Noah!- escucho gritar mi nombre.


Levanto la vista y sonrío a la persona que hace de este lugar menos malo. Mi Watson, mi Robin, mi mano derecha e izquierda, mi único y mejor amigo Joaquín. Me da un leve golpe en el hombro como saludo, pero es un gesto reconfortante porque se trata de él. Creo que soportar al resto merece la pena siempre y cuando Joaco se quede a mi lado. El susodicho es un poco más alto que la media, pero no destaca en nada. Lleva el uniforme como una persona normal, su pelo es totalmente normal con un corte y color bastante comunes y sus ojos color miel tampoco son su punto fuerte. No obstante, es bastante ligón. Creo que se debe a que es un chico sociable e interesante, es decir, puedes mantener una conversación seria con él. Además, es un gran amigo. También es inteligente, un poco al menos, y no es un gilipollas integral. Por otro lado, con su ropa de diario se encuentra en un punto intermedio entre la moda y lo tirado. No suele salir por ahí en chándal como un vago, intenta arreglarse un poco. A veces me mete presión para que actualice mi armario.


-Dime que nos ha tocado en la misma clase.- digo casi como una súplica.

-Que nos ha tocado en la misma clase.

-Bien, algo bueno que me pasa hoy.

-Me dijiste que te lo dijera, no que sea cierto.- me sonríe divertido.


Quizás sí tiene algo de gilipollas. Le miro con mala cara como advertencia antes de que continúe con la burla y le acabe dando un buen golpe.


-Respira tranquilo, estamos en la misma clase.

-Joder.- suspiro aliviado.- Menos mal.

-Y también con el Trío Popular.

-¿Con los tres?- pregunto temiendo lo peor.

-Con los tres.- confirma.


Otro año. Otro año más aguantando las tonterías de Ian-Muérete, al capullo de David, alias Popular Dos, y a Héctor, alias Popular Tres, quien las mata callando. Juntos forman el Trío Popular que son como el centro de atención de este lugar maravilloso llamado instituto. Todos quieren ser sus amigos, todos quieren tener algo con ellos, todos quieren poder acercarse y ser un integrante más. Sin embargo, por muy sociables y geniales que sean, siempre son ellos tres. Ni uno más y ni uno menos. No sé en qué momento se les ocurrió a mis padres meterme aquí. "El nivel es muy bueno", decían; "harás muchos amigos", decían. Ya, claro.

El Skate de Kobe BryantDonde viven las historias. Descúbrelo ahora