XVII - Fogata en la playa

72 15 4
                                    

CAPÍTULO XVII — Fogata en la playa.

NATHALY

—¡No voy a usar un traje de baño! —grita Mara tirándose boca abajo en su cama emitiendo un gruñido de frustración.

Varias prendas acordes a la ocasión están desperdigadas por toda la habitación, incluso hay una parte inferior de un bikini colgado de la lámpara junto a su cama, y ojalá fuera la ropa lo que le disgustara.

He de admitir que convencerla para ir a la fiesta de la playa no fue nada sencillo, pero accedió cuando le dije que nos haría bien distraernos y divertirnos después de tanta basura que hemos tenido que vivir.

Ahora se niega a usar un bikini, y yo me niego a que vaya en bata de dormir a la playa.

—Mara, no vas a usar una bata para ir a la playa. —le advierto sentándome a su lado, es importante que ni siquiera sopese la idea.

—¿Estás viendo este cuerpo deforme? —Se señala a sí misma como si de un esperpento se trata—. Un bikini me haría quedar en ridículo, tengo celulitis, rollitos en mi abdomen que se notan cada vez que me siento o hago algún movimiento brusco, está de más decir que la brusquedad es como mi segundo nombre. Sería un suicidio desvestirme frente a los demás, discúlpame, pero prefiero conservar lo poco que queda de mi dignidad y amor propio.

Odio sus inseguridades, si yo fuera Aria le haría preguntas directas que desbarataran los argumentos con los que respalda sus miedos, pero eso llevaría a más charlas, más replicas, más golpes hacia sí misma, y requeriría paciencia que no tengo por más terapia que reciba; así que hago lo que siempre he hecho con Mara: hacerla reaccionar al estilo de una Grey.

—¡Escúchame, Escalona! —ella se sienta de golpe por mi arrebato—. Esto lo pagarás caro porque trato de no decir malas palabras, pero son necesarias para que se escuche con potencia. Eres una puñetera diosa griega, hebrea, aramea, no sé, de los libros de mitología que lees, mira esas piernas firmes y ese trasero perfecto. ¿Desde cuándo un abdomen "plano" es el sinónimo de belleza? ¡Es normal tener "rollitos" ahí! Más cuando acabas de comer, es más, dime quién te dijo que tenías el cuerpo deforme, porque soy capaz de arrancarle la cabeza ahora mismo.

Intenta hablar y no la dejo.

—Yo tengo el abdomen plano, ¿sabes qué más tengo plano? ¡Las nalgas! Y el que me diga que dejé de ser bella por eso se ganará un tiro. Mírate al espejo y dile a tu reflejo: soy tan hermosa y poderosa como un lobo siberiano aullando en el pico de una montaña nevada. ¡Y si no lo haces te lanzaré al océano hasta que la sal te quite las inseguridades de la cabeza! —le doy un almohadazo en el estómago haciéndola chillar.

—¡Ay! —se queja agarrándose el estómago—. Ojalá fuera tan sencillo, y, por cierto, me gustan más los leones, entonces...

—Eres una leona, quiero escucharte rugir.

Le lanzo el traje de baño negro en la cara cruzándome de brazos, no me muevo hasta que se lo ponga.

—Menudo carácter de porquería, me hartas, en serio, no hay persona más fastidiosa que tú, eres tan...—farfulla poniéndose el bikini, suspira dejando la retahíla de insultos a la mitad, mirándome agradecida con el asomo de las lágrimas en sus ojos—. Te quiero, idiota, muchas gracias.

Le sonrío.

—Te quiero, tarada, y la próxima vez insúltame con más fuerza, ni me dolió.

—Te va a doler cuando te clave un tacón de aguja en el cu...

Por supuesto que no termina la oración, Mara es incapaz de pronunciar una grosería en voz alta.

Busco lo que me pondré vistiéndome rápido, Kim llegará en 20 minutos y no me gusta hacer esperar a la gente. Me pongo mi traje de una pieza para cubrir la cicatriz de mi abdomen y Mara me lanza una mirada asesina que hace que algo en mi interior se remueva con miedo.

Una estrella agonizante ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora