4 de julio de 2020
El verano había empezado hacía ya dos semanas, y el calor era sofocante. Ya no podían estar en el parque, porque el sol daba de lleno y la hierba estaba áspera y reseca. Por esa razón, Agoney se quedaba en el pequeño patio interior de casa de Raoul, donde los edificios de alrededor creaban una sombra agradable impidiendo que el sol se colara por todos los recovecos. Era un espacio cuadrado, con vallas de madera delimitando el espacio y una piscina alta en una esquina. Aún no se habían bañado en ella.
El suelo era césped falso, menos la entrada al porche que era de piedra lisa. Raoul siempre elegía el suelo para sentarse, mientras que Agoney se dejaba caer en uno de los sillones de mimbre.
Le encantaba mirarle desde arriba, observar como los pocos rayos de sol incidían en su pecho desnudo y tostaban su piel. Aprovechaba que Raoul cerraba los ojos para admirar su rostro, los pómulos y la mandíbula donde empezaba a crecer un poco de barba. Su pelo rubio cada vez lo era menos, oscureciéndose pero manteniendo ese dorado que lo hacía relucir.
- No entiendo cómo puedes estar con camiseta. – Soltó Raoul de repente, mirándole con ojos entrecerrados. - ¿No te asas?
Agoney se encogió de hombros. Carraspeó y trató de mirar hacia otro lado, como si así pudiera disimular que no llevaba un rato observando en la misma dirección.
- No. Además, si me tumbo ahí sin camiseta me picará.
- Mi césped no pica. – Replicó Raoul, incorporándose y apoyándose en sus codos.
- Sí lo hace, solo poner mi mano ya es horrible. – Agoney sonrió, estaba exagerando un poco, aunque si era verdad que le era incómodo. Pero amaba ver como Raoul fruncía el ceño indignado y relamía sus labios dispuesto a pelear.
- Eres un tiquismiquis.
Agoney soltó una carcajada.
- Y tu un bebé grande. ¿Qué más te da que me deje la camiseta? No soy un exhibicionista como tú.
Las mejillas de Raoul se tornaron rojas y negó ligeramente con la cabeza. No sabría adivinar que pasaba por la mente de Raoul, pero Agoney no se imaginaba que él pudiera querer ver su cuerpo.
Él era guapo, tenía abdominales y el pecho sin nada de bello. Agoney en cambio se veía medio gordo, con los rollitos en su cintura y unos pectorales nada agradables.
- Solo quiero que sepas que nunca te diría nada malo. – La voz de Raoul le sacó de sus pensamientos.
Agoney levantó la vista de sus manos hechas puños. Raoul le observaba con cara seria, sentado en indio frente a él. Parecía un pequeño niño diciendo cosas de adulto, como si la cara de inocencia y ternura no encajara con las importantes palabras que soltaba.
- ¿Qué? – Carraspeó de nuevo y relajó sus manos. El sudor empezó a empapar su espalda.
- Que si la razón por la que no quieres quitarte la camiseta, o meterte en la piscina, o cualquier otra cosa, es porque te da vergüenza, o miedo, entonces he sido muy mal amigo por darte esa imagen.
Raoul parecía realmente decaído, mirándole con sus ojos tristes y estúpidamente brillantes. Agoney sintió un nudo en el pecho y negó con firmeza. Se bajó de la silla y se sentó a su lado, cogiéndole de las manos.
- No, no. Has sido y eres un amigo increíblemente bueno. El mejor que tuve. De verdad. Son cosas mías que no quiera... - Lo pensó, y entonces soltó sus manos y las llevó al borde de su camiseta.
- ¡No! – Raoul le frenó y Agoney lo miró extrañado. – No te quiero obligar. Si no te sientes cómodo no pasa nada y yo no quiero que tomes decisiones porque creas que me puedo enfadar o...
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Seis meses (Ragoney)
FanfictionCada seis meses era como despertar de nuevo Pasó seis meses en coma Después seis meses conociendo al amor de su vida Y seis meses donde estuvieron separados "No quiero más tiempo sintiéndome perdido, quiero una eternidad perdiéndome contigo." Un año...