24. Renovación

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19 de octubre de 2020

Cuando miró el reloj, ya eran las 17:47. Llevaba desde las cinco, cuando había llegado de las prácticas, tirado en la cama mirando a la nada. Los lunes no tenía que ir a la universidad por las tardes, así que solía aprovechar para descansar o adelantar cosas de clase hasta que Raoul saliera de clase y poder hablar con él. Pero ese día no le apetecía hacer nada, estaba cansado, había sido una mañana intensa en el colegio, así que simplemente se había tumbado en la cama, sin música ni nada. Su madre y sus hermanos pequeños estaban fuera, repartidos en extraescolares, y sus hermanas estaban cada una en su habitación, en su propio mundo.

Maryse se estaba esforzando mucho por mantener las cosas bien en casa, y se notaba porque parecía más presente, incluso más feliz. Isabelle ya no se metía en su cama por las noches, ahora iba con Emma, y James ya no tenía pesadillas, su madre había comprado una lucecita para ponerla en su habitación.

Agoney no debería sentirse mal cuando todo estaba mejorando.

Pero no se encontraba bien, había vuelto a sentir esa repentina tristeza, la que llegaba de repente, sin razón alguna, y drenaba toda fuerza y ganas de seguir. Estaba vacío y no entendía que le había pasado. Había estado llorando, lágrimas ya secas que habían escapado inconscientemente cuando quiso ponerse música para relajarse, pero las letras se sintieron demasiado emotivas. Ni siquiera hablaban de nada triste, pero seguían siendo Raoul y seguían trayéndole sentimientos que no terminaba de aceptar. Ignoró también las historias de Instagram y cualquier cosa relacionada con las redes sociales, porque sabía que le sentaría mal. Ver a gente contenta, seguir con su vida como si nada los molestara, le llenaba de rabia y envidia.

Se habría quedado en su cama el resto del día, pero justo recibió un mensaje de Harry para que fuera a la tienda porque tenía que decirle algo. No pudo decirle que no, así que se vistió sin ganas con un simple pantalón de chándal y una sudadera de Raoul. Esa que se había puesto aquella noche en el parque antes de que se marchara.

Si pensaba en Raoul se le encogía el corazón de añoranza, pero sentir que llevaba algo suyo, aunque ya no oliera a él, le reconfortaba de alguna manera. Como saber que estaba con él, como ignorar el hecho de que no le estaba llamando para que le ayudara y que estaba retrocediendo en su intento de ser un mejor amigo. Aprendió que debían apoyarse, sobre todo después de la pelea. Y que se tenían el uno al otro, porque escucharse era mejor que escuchar simple música. Pero no pudo. No pudo, después de que Raoul le dijera lo estresado que estaba en la universidad, llenarle la cabeza con sus problemas, con sus sentimientos feos y sus ganas de llorar ilógicas. Raoul merecía un descanso. De él.

Puede que aún se sintiera reacio a contarle cosas porque no quería otra pelea, pero sabía que eso estaba mal y que si se volvía a cerrar sería más difícil abrirse de nuevo. Pero era difícil porque antes simplemente tenía que decirle que estaba triste y Raoul ya le estaba esperando en el parque o en el tejado del almacén. Y no tendría que explicar nada. No podía hacerle eso cuando estaba ocupado y distraído y lejos.

No había vuelto ni al parque ni al almacén porque se sentía demasiado solitario.

La semana siguiente a la pelea con Raoul, todo parecía haber vuelto a la normalidad, Raoul le trataba igual, siendo amable, disculpándose, preguntándole por Rodrigo incluso. Pero la siguiente Agoney empezó a callarse más cosas, a preguntar y escuchar más que a hablar. A volver a cerrarse casi sin darse cuenta, a estar ambos ocupados y atrasar las llamadas incluso hasta dos días. Había vuelto el miedo a cagarla, a perderle. Había olvidado lo natural que le salía con Raoul, porque estaba lejos y parecía diferente. Era diferente.

Cuando entró en HOME vio a Louis recolocando una de las estanterías, tenía el pelo despeinado, de un modo que le quedaba bien. Harry estaba sentado en el mostrador, mirando unos papeles.

Seis meses (Ragoney)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora