15. Intimidad

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23 de Julio de 2020

Olía a mandarina. Observaba como, sentado entre sus piernas y apoyado en su pecho, Raoul pelaba una mandarina mientras hablaba con Alex de una profesora que se había encontrado en el supermercado.

Al parecer, que una señora de cincuenta años comprara condones era suficientemente interesante como para que llevaran con eso la última media hora. Nerea estaba sobre Aitana, una chica de pelo castaño y un bonito flequillo que la hacía parecer más joven, aunque era mayor que la rubia. Ambas estaban tonteando, robándose besos y metidas en su mundo de enamoradas. Agoney había visto a Aitana más veces que a cualquiera de las otras chicas con las que Nerea había salido. Y le gustaba, parecía que podía ser duradero y veía a su amiga contenta. Sí, le gustaba también como sonaba que Nerea fuera su amiga.

Charlie estaba solo, echado sobre la hierba y escuchando música por unos auriculares. De vez en cuando, Alex pasaba sus dedos por los mechones negros del chico y Agoney podía ver una pequeña sonrisa en los labios de Charlie. Él también solía acariciar el pelo de Raoul, solo porque era suave y con la luz del sol parecían hilos dorados envolviéndose en sus dedos.

Raoul terminó con la mandarina, la partió a la mitad y sacó un gajo para girarse y llevarlo a la boca del moreno. Agoney frunció el ceño, medio divertido, y dejó que le metiera el gajo en la boca, sonriera como un niño, y volviera a girarse hacia Alex.

Disfrutaba viendo como Raoul seguía prestándole atención incluso cuando no estaba participando en ninguna conversación, era como si lo tuviera siempre presente.

- Podríamos jugar a algo. – Alex se incorporó. – ¿Un qué preferirías?

- Miedo me das con tus preferencias extrañas. – Nerea hizo una mueca, Aitana se la besó. – Ay, mi bebita...

Charlie rodó los ojos, se quitó los auriculares y miró a Alex.

- Yo me apunto va.

- Y nosotros. – Raoul habló por los dos.

A Agoney sonrío ante eso, apreciaba que contara con él y que le conociera lo suficiente como para saber que sí quería jugar. O tal vez es que nunca se había sentido tan integrado y no estaba acostumbrado.

- Bien, empiezo yo. – Alex sonrió, una sonrisa típica del malvado de Disney. Agoney abrazó a Raoul por el estómago. - ¿Qué preferiríais, eructar por el culo, o tirarte pedos por la boca?

- ¿Qué mierda? – Agoney frunció el ceño, las dos propuestas eran asquerosas.

Raoul rio sobre su pecho, levantando la cabeza para verle. Incluso del revés, el rubio estaba precioso y aniñado, un rayito de sol encima suyo.

- ¿Entonces? – Agoney negó con la cabeza, no pensaba responder eso. Raoul le sacó la lengua y contestó – Yo preferiría tirarme eructos por el culo, sería interesante.

- Yo prefiero los pedos, es como tener mal aliento. – Explicó Alex.

- En tu caso no cambiaría nada. – Dijo Nerea con una sonrisa cínica. Alex le sacó el dedo. – Me toca. ¿Qué preferiríais, no tener sexo nunca más, o no poder enamorarte nunca?

- Adiós sexo, soy un romántico. – Respondió Raoul con rapidez ,y sin saber por qué, miró a Agoney mientras lo decía. Él se sonrojó, mirando hacia otro lado.

- Yo igual. – Dijo, y notó las manos de Raoul envolviendo las suyas sobre su fina camiseta. Podía notar sus abdominales y se preguntó si él podía notar lo rechoncho que estaba. Pero apartó ese pensamiento rápido cuando se dio cuenta de que todos le miraban. – ¿Qué?

Seis meses (Ragoney)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora