Capítulo 8

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- ¿Es necesario acompañarte de compras? Sé que tienes excelente gusto, lo harás bien.

- Sí - comenzó a caminar, empujando a Jungeun por los hombros hasta llegar al auto - Yo manejo.

Sin reprochar, se sentó en el asiento de copiloto. Había sido una mala semana, su actitud en el trabajo casi le cuesta un despido y no podía permitirselo, buscar a una persona era más costoso de lo que parecía. Además, no tenía una vida resulta, y necesitaba dinero.

Sus pensamientos la embriagaban aunque estos estuvieran vacíos, solo se perdía en ellos, ignorando el mundo a su entorno.

Pero un sonido molesto la interrumpió, logrando que saliera de su depresión momentánea.

Giró a ver a la mayor quien escandalosamente cantaba una canción espantosa.

- Jinsol, mierda cállate. Cantas horrible.

Como contestación solo sonrió e incrementó el sonido a la radio. Jungeun se tapó los oídos y sacó su cabeza por la ventana.

Llegaron al centro comercial y para su sorpresa, Jungeun se distrajo lo suficiente para que la tarde pasara rápidamente. Compraron algo de ropa y la comida de la próxima semana.

El atardecer estaba alumbrando la ciudad cuando regresaron al vehículo. Fue un viaje tranquilo, Jungeun en silencio y Jinsol cantando en voz baja.

- ¿Qué? - titubeó cuando el auto se detuvo de repente.

Con rapidez Jungeun la miró, la azabache parecía frustrada. Se bajó y descubrió que algo le había sucedido al motor.

- Genial - Jungeun se acomodó en el asiento al escuchar la llamada de su amiga con el mecánico - Lo que faltaba rodó los ojos.

- Al parecer estaremos aquí las próximas horas, hasta que llegue - mencionó tímidamente.

Miró a Jungeun, y Jungeun encontró en ella, una mirada traviesa.

- You're my fire - subió el volumen - The one desire.

- ¡No! ¡No! Jinsol - gritó pero sus palabras se perdieron.

Cruzó los brazos molesta mientras Jinsol cantaba felizmente, insitandola a cantar - No te resistas.

La menor se negó, pero la emoción que su amiga desprendía era contagiosa, y su semblante serio se convirtió en una sonrisa que no quería mostrar.

- Yes, I know it's too late, but I want it that way - aquello fue el límite para la menor.

- Ain't nothing a heartache!! - Jungeun sin soportarlo subió el volumen. Cantando mientras esperaban a la grúa.

Tal vez el atardecer se había ido, pero los colores en la vida de Jungeun, apenas comenzaban.

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- Hola Chuu - con una sonrisa, Yerim se acercó a ella.

- Hola - sonrió, pues se encontraban en el trabajo y se habían saludado con anterioridad.

- Necesito pedirte un favor.

- Claro, ¿qué pasa?

- Ayudame a escaparme.

- ¿Mhm?

- Hoy casi no hay clientes, Soo no notará mi ausencia.

- Pero Yerim...

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