Capítulo 10

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La observó sentada en su escritorio, estaba clavaba en su celular mientras sonreír repentinamente.

Hyunjin había aceptado ayudarla a organizar su casa después de que el horno se estropeara y tuviera que reemplazarlo por uno más grande que necesitaba más espacio.

Heejin aprovechó la ocasión para renovar algunas cosas que llevaban años sin ser tocadas, como aquel viejo y apesto sillón donde su madre acostumbraba tomar el té de algún sabor espantoso, quedándose dormida, derramando la taza y adherirse al interior de la tela permanentemente.

Hyunjin era por lejos más fuerte que ella tras practicar durante años atletismo cuando eran jóvenes, y una mano amiga siempre que Heejin lo necesitara. Así que no fue sorpresa cuando le pidió ayuda para arreglar un poco su hogar. Pero sin importar cuántas cosas locas la azabache dijera aquella tarde, lo único que rondaba en la cabeza de la mayor era que Jiwoo se volvería loca cuando encontrar el nuevo sofá.

Llamó de nuevo a su mejor amiga esa tarde, con el motivo de retomar el desorden que habían provocado por la invasión de nuevos muebles. Fue sorprendente rápido, solo basto de una hora para que la estancia estuviera como nueva.

- ¿Estás hablando con esa mujer que tanto te gusta?

Hyunjin alzó la mirada y sonrió, bajando su celular a su regazo - Tal vez.

Con una media sonrisa como respuesta, Heejin tomó la iniciativa, acomodándose tentativamente frente a ella, con su pecho ligeramente sobre el escritorio - ¿Ah sí?

La azabache conocía perfectamente a la mujer frente a ella, la había estudiado por casi dos décadas y sabía cada átomo que rodeaba su presente - ¿Por qué?

- Mhm, nada importante - colocó un dedo sobre su barbilla, intentando parecer pensativa lo que logró una sonrisa por parte de Hyunjin - Solo me preguntaba una cosa.

- ¿Cuál?

- Ella es...

La azabache alzó la ceja, conociendo la pregunta y respondiendo con su inevitable temblor en las piernas - ¿...Es?

- ¿Más bonita que yo? - un puchero se dibujó en su rostro.

Hyunjin movió con su cuerpo la silla, acercándose a su amiga aún sentada en ella - Nop.

- Parece que te gusta mucho.

- Sí, me gusta demasiado.

Heejin se enderezó, cruzando sus brazos y sentandose sobre ella - ¿Y yo?

- Tú siempre me vas a gustar más Heejin, lo sabes.

Y le dió una sonrisa efímera antes de besarla.

Efímera, como todo lo que Heejin conllevaba.

No era la primera vez que se besaban aunque eran pocas las ocasiones que lo hacían. Y algo en las entrañas de Hyunjin le decía que tampoco sería la última.

Lo hicieron por primera vez en la secundaria cuando Heejin le dijo que tenía lindos labios. Repitieron en la preparatoria cuando las dos entraron al club de teatro, y cuando en la universidad Hyunjin comenzó a salir con un amigo en común de ambas. Aterrada le confesó a su mejor no sentirse segura de gustarle, entonces se besaron para experimentar los sentimientos de la azabache. Y tiempo después, cuando Heejin se molestó porque Jiwoo no le prestaba atención por salir con Jungeun, Hyunjin la tranquilizó besándola hasta quedarse dormida.

En ocasiones se besaban cuando se despedían o se saludaban, otras veces, Heejin estaban tan feliz o triste que unía sus labios contra los de ella por impulso o simple comodidad.

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