Capítulo 46

47 12 10
                                    


Sus piernas temblaban. No había conseguido conciliar el sueño después de la llamada con Jiwoo.

Arrojó las llaves, corriendo a dejar las bolsas sobre el mostrador de la cocina una vez que entró al apartamento.

Jungeun se dijo que levantarse temprano y ocupar su mente en ir al supermercado le ayudaría a despejarse, pero no fue así, y todo el camino pensó en la visita que tendría.

- Calma esos nervios Kim Jungeun, solo es Jiwoo, tu novia - tragó - Tu prometida. Deja de comportarte como una idiota.

Se sentía tonta al no saber cómo actuar con Jiwoo, pero no era su culpa. ¿Cómo la había olvidado? ¿Cómo un terrible accidente le arrebató sus momentos y sus recuerdos? Si Jiwoo no la recordaba ¿Cómo iba a quererla ahora?

No importaba cuántas noches llorara, ya nada sería como antes.

Echó un rápido vistazo a páginas de internet, leyó blogs y se contactó con especialistas sin tener conversaciones demasiado serias. Había una chispa de esperanza porque no quería abandonar los mejores años de su vida. Eso la mantenía aferrada, porque no podía darse por vencida con el amor de su vida, o tal vez, porque el cariño de Jiwoo era lo único que conocía y la anclaba a no caer en la locura.

Pero ahora era un extraña, una desconocida que estaría en su casa en unos minutos. ¿Qué le diría? No estaba segura de confesar su historia de amor y añadir que los planes de boda seguirían en marcha si ella lo deseaba.

Tenía mucho, muchísimo miedo. ¿Qué ocurriría si Jiwoo la rechazaba? ¿Si era una nueva persona y si no quería estar más con ella?

Y en lo más sombrío de sus nublados pensamientos, por doloroso que fuera, aquella pregunta en lugar de oprimir su corazón, lo alivió un poco.

Jeon Jiwoo siempre fue un mujer difícil, con un carácter inquietante y fuerte. Cuando la conoció no sabía como actuar frente a ella, cada vez que salían, estaba insegura si realmente le estaba coqueteando o solo jugaba con su tiempo. Cuidaba sus palabras y sus acciones para no estropear la relación y era un caos total al no decidirse si debía ser intensa para no parecer desinteresada, o si al hacerlo la asustaría.

Pero sus primeras interacciones fueron gracias a la ayuda de Jinsol, quien era su fiel consejera y tomaba la valentía que ella carecía. La mayor proponía citas dobles, salidas juntas que terminaban con excusas falsas para dejarlas a solas y le regalaba consejos torpes para enamorarla.

Recordó la noche anterior, donde Jinsol respondió en su lugar ante la pregunta de Jiwoo. Fue entonces que cayó en cuenta que sería como volver a empezar.

La diferencia radicaba que en aquel entonces, Jiwoo se la había dejado fácil. Ella daba el primer paso, coqueteaba con ella cuando estaban a solas, e incluso la invitó a salir aquel viernes, su primera cita. Sin embargo ahora, esa Jiwoo se había ido, y no estaba segura si podía gustarle esta vez.

El timbre sonó y su corazón se aceleró a toda velocidad. Estaba aquí.

Dió un último suspiro, acomodándose el cuello de su camisa. Se sentía nerviosa, como si fuera su primera vez, pero más allá del miedo de gustarle o no, estaba atemorizada por verla simplemente.

La puerta se abrió y con ella la silueta de Jiwoo se hizo presente. Sus manos estaban juntas a la altura de su vientre y su mirada perdida. Cuando sus ojos se encontraron, Jiwoo le regaló una diminuta sonrisa y fue entonces que sintió unas inmensas ganas de llorar.

¿Cómo era posible que lo que construyeron simplemente se acabó?

- Hola Jiwoo, pasa por favor.

Where you atDonde viven las historias. Descúbrelo ahora