Capítulo 41

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- Si estás aquí no es porque quiero solucionar las cosas entre las dos - la azabache apretó los labios - Ahórrate tus molestos discursos porque no tengo energía de oírlos.

- Heejin - la mencionada alzó la palma de su mano interrumpiendo.

- Te he pedido que vengas a mi casa para pedirte un favor - lamió sus labios - El último.

- Sabes que puedes pedirle lo que sea, yo -

- Sí, lo sé. Pero no quiero hacerlo más.

- Escucha, sé que estás herida y profundamente confundida por lo que sucedió la otra noche. No tengo justificación, ni tampoco ocultare la realidad. Me metí en esa relación - dijo en un suspiro - Pero eso no modifica, ni nada tiene que ver con mis sentimientos hacia ti.

- Se trata de Jiwoo.

Hyunjin guardó silencio. No la estaba escuchando, pero ¿Cuándo lo hacía?

Sabía que no le prestaría atención, no por su enojo hacia ella, sino porque en el mundo de la extraordinaria Jeon Heejin, lo único relevante eran sus problemas, y el resto, solo eran personajes secundarios sin importancia.

- ¿Qué sucedió?

- La encontré - negó - Ella me encontró.

La azabache la miró preocupada, del mismo modo que cualquier humano observara al amor de su vida perdiendo la razón.

Hyunjin estaba segura que la mayor necesitaba ayuda psicológica, que por supuesto, le había ofrecido buscar, pero la terquedad y mal carácter de la castaña se lo impedía. 

También recordó la mención de visitar morgues con intención de encontrar el paradero de Jiwoo, algún rastro del cuerpo de su hermana, sea como sea. Sin embargo, un leve rayo de esperanza cubría el pecho de la más joven. Jiwoo no podía estar muerta, porque eso significaría acabar con la vida de Heejin, y desde luego, matarla a ella también. Hyunjin tenía fé que el mundo era sorprendente y que cosas maravillosas le esperarían, así que no, una tragedia de tanta intensidad no podía ser cierta, porque eso terminaría con su cuento de hadas.

- Heejin - tartamudeó, con la voz a punto de quebrarse - ¿Qué estás diciendo?

- Estuvo aquí, ella vino a verme.

Hyunjin sonrió, y apartó una lágrima que vagaba sobre su mejilla - Un momento - negó, implorando que su traición no fuera el punto de caída que llevó a su amada a la locura - ¿Dónde la viste?

- Estuvo aquí - repitió.

- ¿Sabes qué? Sé que dije que no te acompañaría, pero también prometí nunca dejarte sola. No me importa si no estás de acuerdo, te acompañaré a -

- Vino con Jinsoul, ella la trajo.

Hyunjin detuvo su argumento cuando la escuchó mencionar a la mayor - ¿Jinsoul? ¿Ella la encontró?

Heejin negó riendo - La heroína de esta historia no se trata de ella - amplió su sonrisa, mostrando sus dientes - Fue Park Chaewon quien dió con su paradero. 

Hyunjin se movió incómoda al escuchar su nombre.

Park Chaewon.

Pobre Park Chaewon.

- ¿En qué estábamos? Oh sí, en acompañarme. Puedes hacerlo, siempre y cuando no te moleste que Chaewon nos acompañe a declarar.

Suspiró - Heejin...

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