𝕻𝖊𝖗𝖉𝖎𝖙𝖎𝖔𝖓 |𝕯.𝕸| PAUSADA

ℭ𝔞𝔭𝔦́𝔱𝔲𝔩𝔬 3

Pucey estaba en la enfermería.

Ayer, alguien le había roto más de cuatro huesos. Digo alguien, porque al parecer fue el propio Pucey quien fue a la enfermería sin decir quien le había causado tan graves lesiones.

Nadie a excepción de Tracey y yo sospechábamos que había sido Malfoy. A ver, cuando ayer les dejé solos, parecía que estaban a punto de pegarse... Supongo que fue por eso por lo que me mandaron arriba.

Pero había algo que no terminaba de entender, ¿por qué Malfoy se molestaría en pelearse con él?

Lo más lógico era pensar que lo hizo por mí, pero eso no tenía sentido, él me odiaba. De hecho, seguía sin entender por qué ayer se había molestado en ayudarme.

Lo que tenía claro es que tenía que hablar con él.

***

No me molesté en desayunar, de hecho, me limité a patrullar en la entrada de los dormitorios de los chicos.

La mayoría o se me quedaban mirando raro o me sonreían descaradamente, ¿por qué los chicos tenían que ser tan cerdos?

Justo cuando pensaba irme a ver si me daba tiempo a desayunar algo, apareció Theo, quien se dirigió a donde me encontraba con una ceja levantada.

—¿Natalie?—dijo extrañado mientras llegaba a donde yo estaba—¿Qué haces aquí?

La verdad es que no sabía que contestar a eso, así que me limité a tartamudear lo siguiente:

—Yo... Uhm... Bueno, tenía que hablar con Malfoy—tartamudeé.

Su mirada se oscureció un poco y como si pudiese leerle la mente, me apresuré a añadir lo siguiente:

—No es lo que crees, simplemente tengo que hablar con él—le intenté explicar.

—Sí claro, no tienes que darme explicaciones—se limitó a decir este para luego irse, pero yo le detuve:

—Espera—le llamé consiguiendo que se volviese—¿Va a tardar mucho en bajar o sabes si ya ha bajado?

—Comparto habitación con él y Blaise. Está a punto de bajar—se limitó a responderme para luego irse.

Estuve esperando un par de minutos más, hasta que finalmente bajó.

—Hola—le saludé al ver que pasaba de largo.

No se detuvo, así que no me quedó otra que seguirle.

—Malfoy—le llamé mientras caminaba a su lado, pero al ver que se seguía andando, no me quedó otra que cogerle del brazo, consiguiendo que se detuviese.

—¿Qué demonios quieres?—me preguntó fríamente.

Tragué saliva, odiaba cuando utilizaba ese tono de voz.

—Yo... Bueno—comencé a hablar algo intimidada por su mirada—Te quería dar las gracias por lo de ayer...

—No fue por ti—me interrumpió, dejándome de piedra—Simplemente odio que Pucey siempre se lleve a la cama a la tía que quiera. Lo hice principalmente para joderle.

Pestañeé confusa, mientras me comenzaba a sentir como una verdadera idiota.

—¿Entonces tú no has sido el que le ha mandado a la enfermería?—le pregunté confusa, provocando su risa.

—¿En serio?—dijo riéndose—¿Eres tan patética que crees que me pelearía con alguien por ti?—me preguntó despectivamente—Joder, ya sabía que eras molesta e insufrible, pero te consideraba más inteligente.