ℭ𝔞𝔭𝔦́𝔱𝔲𝔩𝔬 23

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Al día siguiente, todo fue muy confuso.

Al parecer, los chicos estaban vomitando, porque para escaparse los miembros del Ejército de Dumbledore, les dieron unas gominolas trucadas.

Pero eso no era, ni de lejos, lo más importante; ayer atacaron el ministerio.

Fueron unos seguidores de Voldemort, pero el profeta no había rebelado nombres aún.

Y eso no era todo; los medios habían comunicado, que Voldemort había regresado y sin motivo alguno, Theo y Draco se fueron ayer a sus mansiones por la noche.

Draco se veía especialmente nervioso y ni siquiera me dio un beso, solamente se despidió.

Nos quedaban dos semanas en Hogwarts y únicamente me dediqué a escribirle. Presentía que algo iba mal... Y eso me quitaba el sueño.

Hacía un día que Draco se había ido y había sido incapaz de dormir más de una hora.

Y respecto a las cartas que le mandaba... No me había contestado a absolutamente ninguna.

***

Hacían cuatro días que Draco se había ido y no sabía absolutamente nada de él.

***

Seis días y cada vez me preocupaba más.

***

Siete días sin poder tranquilizarme y sin poder dormir. Seguía sin saber nada de él.

***

Una semana. A la mierda, me iba a la mansión Malfoy.

***

—Natalie, no sé si es buena idea que te presentes en la mansión Malfoy...—me repitió por tercera vez mi hermana.

Pero a mí me daba igual, solamente quería saber si Draco estaba bien.

—Sabes que—dijo Daphe; la cual se había dedicado a observarme, mientras se mordía una uña inseguramente: —Voy a ir a la mansión Nott.

Pansy puso los ojos en blanco.

—Lo que me faltaba—se quejó ella.

Entonces, mientras Daphne comenzaba a hacer su maleta, me dispuse a abrir la puerta. Sin embargo, cuando lo hice, me encontré a Blaise a punto de llamar.

—¿Blaise?—dije confusa—¿Qué haces aquí?—le pregunté, mientras Daphne se colocaba a mi lado, con su bolso también en la mano.

Blaise nos observó y suspiró:

—Podéis dejar los bolsos, están aquí—nos informó Blaise—Theo está en nuestra habitación y Draco en la Sala Común.

Daphne y yo salimos decididas, dejando los bolsos en el suelo. Pero Blaise nos detuvo:

—Chicas... No han pasado una buena semana...—nos advirtió el moreno—Tened mucho tacto.

Ambas asentimos y nos dirigimos cada una a su destino.

Prácticamente corriendo, me dirigí a la Sala Común.Y cuando abrí la puerta, me quedé sin palabras al ver a Draco:

Se encontraba con uno de sus trajes negros más elegantes, tenía unas grandes ojeras y su rostro se encontraba sumamente pálido.

—Draco—dije casi en un susurro, mientras corría a reunirme con él y abrazarle; colocando mi cabeza en su pecho, mientras le rodeaba con mis brazos.

𝕻𝖊𝖗𝖉𝖎𝖙𝖎𝖔𝖓 |𝕯.𝕸| PAUSADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora