A la mañana siguiente, cuando mis ojos se abrieron, un gran dolor recorrió mi cuerpo.
Me tomó unos segundos identificar que la gran parte del dolor, se concentraba en mi zona íntima, nalgas, muñecas y cuello.
Y decir que cuando me moví levemente, para poder incorporarme solté un gran jadeo de dolor, es poco.
Un tanto aturdida, me desplacé por la cama y busqué a Draco. Pero ni rastro.
Por un momento, al no encontrarle a mi lado, pensé que se había ido.
Estaba equivocada.
Cuando me hube sentado después de unos gimoteos y gemidos de dolor, Draco apareció completamente vestido, con una especie de bandeja; apresurándose a sentarse a mi lado.
—No te has ido—confirmé débilmente.
Una de sus manos se colocó en mi mejilla; acariciándomela.
—No podía dejarte sola después de lo de ayer—murmuró él suavemente, para luego sostener una de mis muñecas delicadamente y observar los hematomas que la rodeaban.
Solté un quejido cuando sacó su varita y presionó su punta en mi muñeca.
A continuación, murmuró un hechizo que hizo que el dolor y los hematomas, prácticamente desapareciesen.
Entonces, sacó una pastilla de un botecito que había en la bandeja y me la tendió.
—Es un poco más fuerte que las que te daba antes, pero te quitará prácticamente el dolor—me informó el suavemente.
Cogí la pastilla y me la tragué a palo seco; sin agua y prácticamente sin pensar.
—Lo siento si ayer fui muy duro contigo—se disculpó Draco, sin perder la suavidad en su voz.
Negué con la cabeza, apresurándome a colocar una de mis manos en la que se encontraba en mi mejilla.
—No, es eso—dije rápidamente—Yo lo elegí y en ningún momento pensé en utilizar mi palabra segura.
Pero eso no quitó la preocupación de sus ojos, cuando con uno de sus dedos recorrió mi labio inferior y me di cuenta de que tenía un pequeño corte.
Miedo me daba mirarme el resto del cuerpo.
—No voy a volver a hacer eso contigo—se autoconfirmó él, para luego separarse de mí y levantarse.
Le miré confusa mientras se separaba de mí, a la vez que miles de preguntas se hacían paso en mi cabeza.
¿No había sido lo suficientemente buena?
¿No había estado a la altura de las demás?
Descartando esas últimas preguntas, pude formular lo siguiente:
—¿Pero por qué?—pregunté confundida, consiguiendo que Draco comenzase a dar vueltas por la habitación—¿No he estado a la altura de las demás?
Esto último, hizo que se detuviese en seco y me mirase a los ojos.
—¿Qué?—me preguntó ahora el confundido.
Respiré hondo e intenté contestar sin que se notase mi disgusta:
—¿Es porque no lo he hecho igual de bien que las otras chicas?
Draco soltó un sonoro suspiro y se volvió a sentar a mi lado.
—No es por eso, Natty...—me intentó explicar él, mientras su mano ascendía a mi mejilla y comenzaba a recorrer mi cuello—Es porque con ellas me supe controlar porque no sentía nada...
ESTÁS LEYENDO
𝕻𝖊𝖗𝖉𝖎𝖙𝖎𝖔𝖓 |𝕯.𝕸| PAUSADA
Fanfic「❝Y mientras el se acercaba cada vez más, no pude hacer nada, mientras experimentaba la misma sensación de perdición que en todo momento traté de evitar...❞」