ℭ𝔞𝔭𝔦́𝔱𝔲𝔩𝔬 44

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𝐌𝐚𝐫𝐚𝐭ó𝐧 (𝟏/𝟐)


Por la noche un ruido me sobresaltó.

Abrí los ojos y medio dormida, busqué la figura de Draco a través de las sábanas de la cama de la enfermería, pero nada.

Normalmente, se solía quedar conmigo a dormir, a excepción de las veces en las que Pansy insistía en ocupar su lugar.

Me incorporé ya que las heridas estaban cicatrizando y me podía levantar yo sola, para mirar la hora en el reloj:

Las dos y media de la madrugada.

¿Dónde podría estar?

Con cuidado, bajé de la cama, me puse los primeros zapatos que encontré y salí rápidamente de la enfermería.

No sabía muy bien a donde iba, pero tenía un mal presentimiento, ya que esta noche había estado muy raro.

Me había dado la sensación de que su cabeza estaba en otro lugar. Y de hecho, se había encontrado mucho más frío conmigo que de costumbre.

Recorrí rápidamente los pasillos sin un destino en específico, hasta que una alocada idea surcó mi mente.

¿Podría estar...?

¿Estaría en la torre de astronomía?

No perdía nada por ir a comprobarlo.

Con una pequeña sensación de adrenalina recorriendo mi cuerpo, me dirigí rápidamente hacia dicha torre.

Apenas había llegado a las escaleras, cuando escuché unas voces en la parte de arriba.

Según me iba a acercando, las voces se volvían mucho más claras y entre ellas, pude escuchar la escalofriante voz de Bellatrix.

¿Bellatrix?

¿Qué mierdas hacia Bellatrix en Hogwarts?

El miedo se comenzó, ha hacer paso en mi cuerpo cuando pisé el primer escalón y escuché algo que me dejó helada:

—¡Cállese! ¡Usted no sabe que he hecho!—gritó la voz de Draco.

Y entonces me olvidé de todo el asunto del miedo y a una sorprendente velocidad, subí todos los peldaños de la escalera, encontrándome con algo que me dejó sin aliento.

Un grupo de mortífagos se encontraban al rededor de Dumbledore y Draco...

O Merlín.

Draco le estaba apuntando con la varita.

No pensaba con claridad, en el momento en que me interpuse entre Dumbledore y Draco.

—¡Draco baja la varita ahora!—grité prácticamente temblando ante la perpleja mirada de todos los presentes.

Draco por un momento me miró como si no se pudiese llegarse a creer que estaba ahi; unas grandes ojeras púrpuras se encontraban debajo de sus ojos, los cuales, se encontraban mucho más rojos de lo normal.

Estaba a punto de llorar.

—¡Natalie Parkinson!—grito Bellatrix riéndose—Oh Draco, tu noviecita parece que va a complicar las cosas...

Esto hizo que Draco despertase de una vez por todas y reaccionase.

—Natalie, apártate—fue lo único que dijo sin despegar su mirada de la mía.

𝕻𝖊𝖗𝖉𝖎𝖙𝖎𝖔𝖓 |𝕯.𝕸| PAUSADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora