𝕻𝖊𝖗𝖉𝖎𝖙𝖎𝖔𝖓 |𝕯.𝕸| PAUSADA

ℭ𝔞𝔭𝔦́𝔱𝔲𝔩𝔬 27

Punto de vista de Natalie Parkinson

Cuando al día siguiente, me levanté a las dos de la tarde, apenas podía moverme.

Recordaba escasamente los detalles de anoche. Solo me acordaba de bailar con Fred... Unas bayas... Y a Draco sujetándome el pelo mientras vomitaba.

Tuve que tomarme unos segundos para levantarme y que mi hermana me constase lo que sucedió anoche.

Al parecer, después de estar bailando con Fred, tomé ginebra, la cual estaba hecha con unas bayas que me deban alergia.

Fred se asustó, llamó a Draco y este, después de que terminase de vomitar, me trajo a mi habitación. Y se quedó, hasta que Pansy apareció.

Ella sabía todo esto, porque al parecer, el mismo se lo contó ayer. Pero según mi hermana, con una gran frialdad.

Lo había hecho por compromiso. Eso estaba claro.

***

A las cinco de la tarde, no tuve más remedio que levantarme y dirigirme al entrenamiento de quiddich.

En el camino, me encontré con Fred, el cual, me preguntó si me encontraba bien.

Cuando llegué a los vestuarios, ya llevaba el traje puesto, así que salí a los campos, donde ya estaba todo el equipo.

Cuando pasé por el lado de Draco, este me sujetó del brazo.

—Lo de ayer lo hice por deber, ¿entendido?—me preguntó fríamente, provocando que unas lágrimas se comenzasen a acumular en mis ojos—No pienses que quiero volver contigo, Parkinson.

Respiré hondo.

—¿Y a ti quien mierdas te ha dicho que quiera volver contigo, Malfoy?

Lo que le dije, pareció dejarle sorprendido, ya que me solté de su agarre y me coloqué al lado de Blaise y Theo.

A continuación, Flint comenzó a indicarnos lo que teníamos que hacer, nos montamos en nuestras escobas y comenzó el entrenamiento.

Estábamos jugando considerablemente bien, pero entonces, Flint se chocó contra Seamus, perdió el equilibrio y se cayó de su escoba; cayendo fuertemente contra el suelo.

Todos nos bajamos de nuestras escobas rápidamente, mientras Seamus corría en busca de Madame Pomfrey.

—¡Flint!—le llamó Theo, mientras formábamos un corrillo a su alrededor—¿¡Me escuchas!?

Nada.

Flint estaba inconsciente.

***

Cuando Madame Pomfrey terminó de curar a Flint,  nos dejó ir a verle. Al parecer quería decirnos algo.

—Chicos, Pomfrey ha dicho que me he roto cuatro costillas y que tengo una contusión. Así que no podré jugar al quiddich en dos meses—dijo Flint.

—¿¡En dos meses!?—exclamamos todos alarmados.

Flint respiró hondo; como si lo que fuese a decir, le costase demasiado.

—Necesitáis un capitán temporal—comenzó a anunciar—Y basándome en vuestra manera de jugar y en vuestras capacidades de mandato, he decidido que sea...

Todos los chicos se habían acercado considerablemente a Flint; ansiosos por su respuesta.

—Natalie.

Por un momento, pensé que había escuchado mal. Pero cuando todas las cabezas se giraron hacia mí, me di cuenta de que había escuchado perfectamente.