La voz de mi padre resonaba en mi cabeza como un disco de vinilo rayado, incrustándose en lo más profundo de mi alma y mente.
"¡Un hombre sin un buen puesto jamás será respetado!"
Y así fue como tuve que renunciar a ser un artista, entre otros interminables dichos absurdos y otras cuantas advertencias con susurros de amenazas, obligándome a terminar mi carrera, logrando ser un corredor de bolsa en una oficina bastante modesta.
Aunque no me quejo, la monotonía le da un sentido estable a mi aburrida vida y la oportunidad de costear una pequeña casa frente al mar. Por mucho que digan que los veintes serán una de las mejores épocas vividas, sigo siendo un simple observador en esta era de fiestas exorbitantes y magnificentes, todo mi ser estaba...
– Dentro de una prisión panóptica. – susurré
– ¿Prisión panóptica ?
La voz profunda y áspera de Kim NamJoon, un prestigioso doctor, irrumpió el plácido silencio en el cual la habitación estaba sumida.
– Sí – afirmé, mientras me asomaba a la fría ventana, bañada en nieve – Usted sabe, sólo esa celda de cristal me separa de todos, siempre observando, embriagándome en historias inapetentes, mientras me asfixio en la más infinita ola de monotonía y predictibilidad, que sólo deja un sabor amargo en mi paladar.
Fijé mi vista en él, encontrándome con sus afilados ojos, observando con detenimiento cada movimiento y palabra que mi cuerpo expresara.
– ¿Siempre fue así? ¿En ningún momento de su vida sintió algo diferente? Ya sabe, por algo o... Alguien.
Mientras miraba los copos caer, un sentimiento cálido y acogedor envolvió mi cuerpo, burlando el cortante frío que atravesaba mi palma en la ventana. Sentí las comisuras de mis labios tirar y mis mejillas arder. Negué con mi cabeza, sacando todo tipo de pensamiento, alejándome de la ventana como si se quemara.
– Sí – me apoyé en el sofá mientras lo miraba a los ojos – Sólo una persona me ha hecho sentir vivo, él era tan audaz, perspicaz y lleno de vida... Tal vez fué su sola existencia la que me sedujo por completo.
NamJoon tomó su cuaderno y anotó, deteniéndose por un segundo me miró dubitativo.
– ¿Él?
– Sí, él, todos lo llamaban Park, por su imponente apellido.
– ¿Y qué te hace sentir el recordarlo?
Dejé de sonreír, el aire se atoró en mi pecho y mi mente quedó en blanco, procesando una sola verdad...
– No lo sé.
– ¿Has intentado escribir un diario o plasmar tus sentimientos en una pintura?
– ¿Diario? ¿Pinturas? – Lo miré atónito
– El escribir o, bueno, sacar sus sentimientos por algún medio, generará en usted que el peso de sus sentimientos acumulados disminuyan un poco, claramente no será de inmediato, todo es un proceso, pero puede intentarlo. Además, no creo que se le dificulte mucho, me ha dicho que su fuerte es la pintura.
– No, mi fuerte no, es más un sueño frustrado... Un simple sueño infantil.
Negó, sin creer mi última palabra.
– Nadie los verá, por consiguiente, nadie lo juzgará, así que es libre de plasmar cuanto le plazca – su profunda risa apaciguó un poco mi incipiente inseguridad – Tome – dijo amablemente mientras me entregaba un cuaderno – Por el momento es lo que le puedo dar, no tengo un lienzo en estos momentos y mucho menos un caballete, pero puede empezar con palabras.

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PARK
FanficAún siento en mi cuello su penetrante mirada, como una pantera acechando a su presa, listo para atacar... Quién hubiera imaginado que esta pobre presa, ignorante a su destino, sería tan profundamente desgarrada y fragmentada por aquella pantera, una...