CAPÍTULO I.IV

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CAPÍTULO I.IV

El príncipe de Nostriel caminaba por el campamento escuchando el ruido de los soldados entrenando mientras otros trabajaban. Había estado de buen ánimo durante los últimos días y estaba orgulloso de sí mismo al haber ayudado a crear una máquina que estaba seguro que les serviría contra la bestia.

—Tenemos provisiones suficientes para sobrevivir 4 meses; los soldados se encuentran con buenos ánimos y están saludables; la teniente Kuma y otros comandantes se encuentran arreglando los últimos detalles del plan de ataque; los herreros casi terminan de afilar las armas y los científicos se encuentran en eso de las plantas —informó su segundo al mando.

—Estupendo. —El rubio golpeó su hombro de forma amistosa—. Dado que este podría ser nuestro último día en esta tierra, tienes el resto de la tarde libre, así que disfrútalo. —El hombre lo miró extrañado pero terminó por acceder.

Jay se dirigió a la carpa donde los científicos se encontraban trabajando en moler y preparar las hierbas con ayuda de varios soldados.

—¡No! ¡No! ¡No! Lo estás haciendo mal otra vez. —Yeonjun se encontraba regañando a un chico cuando el príncipe entró—. No puedes molerlo así —comentó mientras movía la plasta amarilla frente a sus ojos—, ¿acaso quieres que los soldados mueran?  Porque morirán de esta manera. ¡Escuchen todos! ¡Su atención por favor! —Varios voltearon a verlo—. Hola, gracias. Llevó siete días diciéndoles lo mismo, no pueden moler así las hojas. —Mostró la plasta que había hecho el muchacho—. Es necesario que les echen unas gotas de aceite de cactus, tal y como lo hace el doctor Soobin, antes de hacerlo o no servirá de nada. —El rostro del mencionado se encendió con un leve sonrojo.

Jay carraspeó su garganta llamando la atención de todos.

—Su alteza. —Los presentes le hicieron una reverencia.

—Lamento mucho que haya tenido que ver eso —comentó el de cabellos rosas apenado.

—No se preocupe, en realidad venía a ver si había algo en lo que los pudiera ayudar.

—Oh. No, no, no. No es necesario —habló Soobin—. Lo tenemos todo bajo control y ya no nos falta mucho para terminar.

—Sí, es muy amable pero no es necesario.

—De acuerdo, entonces los veré en la noche —comentó antes de abandonar la tienda.

El chico exhaló y se dirigió a su lugar de descanso, al estar dentro se acercó a la mesa y sacó una pluma y papel listo para escribir.

"Querido Wonie:

Esta es la primera vez que te escribo algo desde que salí de Erontios, aunque realmente no creo que algún día llegues a leer esta carta. Sólo quería decirte que estoy bien y que lo estoy intentando. Estos últimos días no han sido fáciles y estoy seguro de que lo que sea que espere por nosotros del otro lado de estas tierras tampoco lo será.

Ruega para que esta noche todo salga bien y pueda volver pronto a casa.

Tú Seongie."

Cross the Line {Cursed-Blessed} Donde viven las historias. Descúbrelo ahora