CAPÍTULO VII.V

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CAPÍTULO VII.V

Cuando Jay recuperó la consciencia se dio cuenta de que estaba empapado. Se levantó del suelo y tomó su cabeza con fuerza antes de comenzar a vomitar. En poco segundos sintió un par de manos acariciar su espalda, siendo acompañado por ciertas palabras de consuelo que no logró entender por completo debido a lo desorientado que se sentía.

Al alzar la mirada se encontró con el rostro preocupado de Kuma. Apenas sus ojos se encontraron con los de ella un rubor encantador apareció en las mejillas de la chica, cosa que le causó ternura al más grande y lo hizo sonreír.

—¿Se siente mejor? —preguntó la teniente mientras lo ayudaba a ponerse de pie.

—Sí. Lamento lo que sucedió —comentó apenado. La muchacha simplemente rió y abrió la boca para hablar pero fue interrumpida.

—No se preocupe, general, le alegrará saber que no fue el único que dejó salir sus intestinos —comentó Yeonjun a modo de burla mientras inspeccionaba sus gafas, las cuales ahora mostraban una enorme línea quebrada en uno de los vidrios.

—Me alegra saber que estás vivo —comentó Jay mientras intentaba estabilizar su respiración—. ¿Y Soobin? —El de cabellos rosas señaló detrás de su espalda, donde se podía ver al médico revisando a uno de los supervivientes.

—¡Necesito informes! —demandó el príncipe.

A los pocos segundos se acercó uno de sus hombres para decirle que algunas de sus raciones habían salido volando y resultaron ser el desayuno del monstruo. Otro comentó sobre los daños sufridos en uno de los mástiles al igual que en la proa y por último se le anunció la pérdida de al menos seis de sus soldados, cosa que no lo hizo muy feliz.

—¡Al demonio con esto! —comentó frustrado—. Nunca vamos a salir de aquí. Esta cosa sólo sale a la superficie una vez al día y nuevamente nos está sumergiendo a ese frío y oscuro infierno de mierda. —Las lágrimas de impotencia y enojo no tardaron mucho en llenar sus ojos.

Hace un par de días soñaba con regresar a casa, ver a sus padres, a su hermana, a sus amigos y al amor de su vida. Jamás se había sentido más cerca de conseguir todo lo que había deseado cuando esto sucedió. ¡Era una maldita cárcel! Y estaba más que seguro de que no había modo de salir con vida de ahí.

—Calma, prometimos que encontraríamos una manera de salir de aquí y eso es lo que vamos a hacer —comentó Yeonjun en un intento por tranquilizarlo—. Logramos estabilizar el barco y ahora estamos flotando, eso nos dará mayor oportunidad de movernos libremente sobre el lugar y aprender más sobre la criatura.

—Realmente eso espero, no quiero morir aquí atrapado. Estaré en el camarote por si me necesitan —soltó el rubio con dureza antes de dar media vuelta y marcharse de ahí.

Cross the Line {Cursed-Blessed} Donde viven las historias. Descúbrelo ahora