Cross the Line {Cursed-Blessed}

CAPÍTULO V EL CASTILLO DEL SOL YACENTE

CAPÍTULO V
EL CASTILLO DEL SOL YACENTE

Jay no había podido dormir bien, algo en ese lugar le inquietaba y estaba desesperado por llegar al castillo. Tenía el presentimiento de que ahí encontraría la respuesta a todas sus dudas y finalmente podría regresar a casa y salvar Hypen.

Apenas los primeros rayos de luz acariciaron la tela de su carpa, él se puso de pie y comenzó a alistarse. Al salir de ahí se dirigió a una de las moribundas fogatas en busca de comida y se llevó una gran sorpresa al encontrarse con la teniente Kuma sentada mientras jugaba con las pocas brazas que ahí quedaban.

—¿Teniente? —La chica volteó a verlo sorprendido.

—General. —Kuma se puso de pie y le hizo una reverencia.

—¿Pudiste descansar? —preguntó Jay mientras buscaba algo de comida.

—En realidad no mucho, este lugar me resulta algo inquietante —confesó la muchacha mientras observaba el perímetro.

—Yo tampoco pude dormir muy bien. —El chico tomó asiento a su lado y le ofreció un poco de lo que había encontrado para comer—. Creo que estoy ansioso por ir al castillo, esta es nuestra última oportunidad para encontrar algo útil, si no hallamos nada ahí... no sé qué es lo que haremos.

—¿Planea regresar a casa después de esto?

—Eso me encantaría. Ya no tenemos suplementos suficientes para quedarnos a explorar por más tiempo y parece que lo único que queda por aquí es arena, además estoy cansado de tener que pelear con monstruos.

—Yo también quiero regresar a casa —confesó la chica—. Aunque creo que de todos modos volveré para morir, la situación allá no es mejor que aquí. —Ante sus palabras, Jay se quedó pensativo.

En realidad no sabía qué es lo que aguardaba por él en casa, su único pensamiento siempre había sido regresar para estar al lado de Jungwon, ¿pero y si al hacerlo se enteraba de que habían tomado Nostriel o Hemia o cualquier otro reino? ¿Y si había fallecido su madre, su padre, su hermana o alguno de los príncipes de Hypen? ¿Lo dejarían volver a Erontios o le pedirían que fuera a la guerra? Todas esas dudas lo inquietaron aún más.

—Deberíamos partir temprano —comentó Kuma colocando una de sus manos sobre las del príncipe para llamar su atención—. Así podremos regresar a casa cuanto antes, tal y como usted lo ha deseado desde un inicio. —Jay asintió y se puso de pie.

—Reúna a un pequeño grupo, partiremos cuanto antes. Los estaré esperando en el templo central. —La chica asintió y se fue inmediatamente.

El príncipe regresó a su carpa a recoger sus pocas pertenencias y alistarse para los nuevos peligros que podrían estar aguardando por ellos en el castillo.

Al poco tiempo de espera, un pequeño grupo llegó hasta donde Jay se encontraba. Se trataba de la teniente Carwell, el científico Yeonjun, el segundo al mando de la teniente, Cirrus, y otra mujer a quien Jay no logró reconocer. El rubio observó su brújula y nuevamente comenzaron a caminar hacia el oeste.

—¿Dónde se encuentra el doctor Soobin? —le preguntó a Yeonjun con curiosidad al no ver al de cabellos azules.

—Binnie ha decidido quedarse a terminar unas notas y cuidar de los heridos, espero no le moleste.

—En realidad me sorprende un poco, creí que querría ver con sus propios ojos el castillo.

—Posiblemente necesitaremos ir por varios días, él podrá acompañarnos en uno de esos.

Caminaron durante varias horas bajo el sol abrasador y, cuando finalmente fueron capaces de comenzar a ver las ruinas de la antigua fortaleza, el sol se encontraba en su punto más alto.