CAPÍTULO VI.IV
Era de noche, Jay se encontraba frente a una fogata, su mirada estaba perdida en el precioso cielo nocturno que se fundía con el revoltoso océano.
—¿Emocionado por volver a casa? —preguntó Kuma mientras tomaba asiento a su lado.
—Por supuesto, ya quiero ver a mis padres —soltó con pocos ánimos.
—¿Por qué tan serio? ¡Volveremos a casa! —comentó con emoción la chica mientras lo agitaba—. ¡Tendremos un desfile de triunfo! ¡Todo el mundo conocerá nuestros nombres y lo que hemos hecho por ellos! ¡Carwell Kuma y Park Jongseong, salvadores de las tierras de Hypen! —La emoción que expresaba la muchacha lo hizo reír—. Vamos, alégrate un poco.
Su mirada viajó por todos lados hasta dar con los científicos, quienes se encontraban a unos metros de distancia acurrucados mientras conversaban y reían apuntando hacia el cielo.
—También podrás volver a ver a tu amada ¿no es así? —soltó la teniente en un tono triste, llamando la atención del chico—. Debe extrañarte mucho. Estoy segura de que se sentirá muy aliviada y feliz al ver que has regresado sano y salvo. —Jay suspiró antes de comenzar a jugar con sus manos de forma nerviosa.
—Kuma. —La pelinegra lo observó—. Si te dijera que quien me gusta es un hombre, ¿dejarías de seguirme? —La menor lo miró con sorpresa ante su confesión.
Durante estos meses separados se había hecho a la idea de que nunca lograría tener el corazón del muchacho y de que este se encontraba enamorado de alguien más, pero jamás pensó que el verdadero dueño de su corazón se trataría de un hombre y no de una mujer.
Tras unos minutos en silencio, el rubio se atrevió a mirarla a los ojos. La teniente logró percibir el miedo en la mirada del mayor.
—Por supuesto que no —soltó con seguridad—. Yo no dejaría de seguirte por eso. No creo que el valor de una persona se mida por su sexualidad. Además, tú me has salvado varias veces y has cuidado de mí y de todos nosotros. No dejaría de seguirte o de confiar en ti sólo porque te gusta un hombre. —Estas palabras lograron calentar el corazón del príncipe cuyas lágrimas traicioneras habían comenzado a escapar—. Te debo mi vida Jay, todos nosotros te la debemos al igual que cada persona en las tierras de Hypen. —Tomó la mano del muchacho y la estrujó en señal de apoyo—. Park Jongseong, yo te seguiría hasta el fin del mundo porque sé el tipo de persona que eres y puedo ver lo qué hay en tu corazón. —La muchacha apoyó su mano en el pecho del chico quien la tomó con dulzura para llevarla a su frente y comenzar a llorar con más fuerza.
—Gracias —bisbeó.
La menor lo rodeó con sus brazos en un intento por reconfortarlo. En ese instante, el príncipe lloró con más fuerza dejando salir a la luz todo el miedo y pesar que había guardado para sí mismo desde el día en que había conocido a Jungwon.
Luego de un rato, el muchacho consiguió calmarse así que se separaron.
—Quiero casarme con él —confesó por primera vez en toda su vida haciendo que la menor sonriera—, pero mis padres, ellos...
—Shhh... —Kuma colocó una mano sobre la mejilla del mayor—. No todo mundo va a aceptarlo y puede que sea muy difícil, pero ten por seguro que muchas otras personas los apoyarán, incluyéndome a mí, a ese par de tórtolos —señaló a los científicos—, todos tus soldados y estoy segura de que en casa hay más personas que te apoyarán.
Jay sonrió mientras se limpiaba las lágrimas, las palabras de la chica realmente habían logrado reconfortarlo y traerle paz a su mente y corazón.
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A la mañana siguiente los soldados se pusieron manos a la obra para poder seguir con la construcción del barco.
—Creí que llevaría más tiempo construirlo —comentó Jay mientras observaba la inmensa carabela que se encontraba frente a él.
—Así era, pero afortunadamente encontramos un antiguo navío aquí —dijo Yeonjun con orgullo—. Estaba en buen estado, a excepción de algunos detalles, así que decidimos que sería mejor arreglarlo en lugar de conseguir uno nuevo.
—¿Funcionará? —Esta vez cuestionó Soobin.
—Hice los cálculos —El de cabellos rosas acomodó sus lentes— y no hay ninguna razón por la que no deba funcionar. —El príncipe asintió.
—¿Cuándo podremos partir?
—Pues gracias a que ya hay más mano de obra, yo diría que en unas dos semanas. —Esto alegró a los muchachos.
—Genial, ¿entonces qué debemos hacer?
La tarea y los trabajos se repartieron entre todos. Algunos se encargaron de cortar árboles, otros de darle forma a la madera, obtener comida para el viaje, instalar, reparar y construir. Entre más rápido trabajarán, más pronto saldrían de ahí.
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Cross the Line {Cursed-Blessed}
FanfictionEl príncipe Park Jongseong de Nostriel ha sido enviado a explorar las tierras más peligrosas de todo el reino de Hypen. El resultado de esta importante misión determinará el curso de la terrible guerra entre los humanos y los Oscuros. Si lo consigue...