CAPÍTULO III.I

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CAPÍTULO III.I

Luego de dos días más de descanso, Jay finalmente pudo salir de la carpa. El sol inmediatamente lo cegó y sintió su piel arder debido a los rayos de luz. El campamento estaba asentado en una zona árida donde apenas si había pasto en el suelo. La gente lo saludó al verlo pasar y pudieron sentirse un poco más tranquilos al ver que su general seguía con vida.

Jay entró a la carpa principal, la cual ahora contaba con menos de la mitad de gente de antes; ellos lo miraron con sorpresa para luego hacerle una reverencia.

—Príncipe Jongseong. —Kuma se acercó hasta él y lo abrazó sin previo aviso—. Me alegra ver que está mejor —comentó la chica con una dulce sonrisa tras separarse de él.

—A mí también me alegra saber que están vivos. —Se limitó a contestar para luego examinar al resto, quienes estaban llenos de rasguños y moretones—. ¿Han descubierto algo? —preguntó al notar el mapa que estaba sobre la mesa.

—Así es, nuestros exploradores y cartógrafos se dedicaron a mapear y explorar las áreas circundantes. Al parecer el siguiente bioma que aguarda por nosotros es un desierto —comentó la chica señalando el mapa.

—¿Han encontrado alguna amenaza o algo que nos ayude? —La teniente se limitó a negar con la cabeza.

—Todavía es un misterio lo que aguarda ahí por nosotros —murmuró Kuma—. Esperemos sea menos peligroso que las criaturas del pantano. —El chico asintió.

—Partiremos mañana antes del amanecer, preparen todas las cosas —anunció al resto antes de dar media vuelta y salir de ahí.

—Su alteza. —La chica abandonó la carpa tras de él. El rubio la volteó a ver algo consternado por su repentina cercanía.

—¿Sucede algo, teniente?

—Y-yo. —La de piel chocolate titubeó ante la intensa mirada del príncipe—. Sólo quería decirle que realmente me alegra mucho saber que está bien, por un momento me asustó la idea de tener que dirigir esta empresa yo sola. —El muchacho sonrió con dulzura y puso una mano sobre el hombro contrario.

—No se preocupe Carwell, todavía tengo cosas importantes que hacer. Además, soy el gran príncipe Park Jonseong, ¿no es así? —La chica rió antes de asentir. Jay le dio un suave golpe en el brazo para luego darse la vuelta.

—Su alteza. —La dulce voz de la chica lo detuvo nuevamente—. S-se ve muy bien con el parche —comentó con timidez—. Le da un aire más rudo y varonil. —El príncipe llevó una mano a su ojo izquierdo para después soltarse a reír.

—Ya veremos lo que el resto opina —se limitó a decir antes de alejarse de ahí.

Cross the Line {Cursed-Blessed} Donde viven las historias. Descúbrelo ahora