CAPÍTULO V.VI

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CAPÍTULO V.VI

Era de noche y la fiesta seguía igual de ruidosa, todos estaban felices y entusiasmados por finalmente poder regresar a casa, pues sabían que los esperaba el honor y la gloria gracias a su sacrificio y al servicio que habían hecho al mundo para salvarlos.

Jay observaba a la lejanía a sus soldados, pero a pesar de quería celebrar y pasarla tan bien como el resto lo hacía, había algo dentro de él que le impedía gozar de la felicidad. Siguió con la mira al chico de cabellos rosas, quien se apartó de la muchedumbre con una sonrisa plasmada en su rostro. El príncipe comenzó a seguirlo y lo acorraló mientras el científico vaciaba su vejiga.

—Yeonjun. —El mencionado saltó en su lugar apenas sintió la mano del rubio sobre su hombro.

—¡Por las estrellas! Jay. ¿Qué carajos hace aquí?

—Lamento asustarte, pero necesito hablar contigo.

—¿Ahora mismo? ¿Mientras orino? —El mayor alzó las cejas causando que el príncipe se sonrojara.

—Lo siento. Dejaré que termines —contestó con vergüenza antes de alejarse un poco para permitir que el chico hiciera sus necesidades.

—¿Qué sucede? —preguntó Yeonjun poniéndose a su costado.

Jay miró hacia todos lados, no había nadie cerca que pudiera verlos así que decidió llevar al chico hasta el lugar donde había escondido los objetos que le había dado Anlektra para así poder hablar con tranquilidad.

—Sígueme.

Ambos muchachos caminaron por un rato entre las ruinas de la ciudad hasta que entraron a una casa.

—Necesito pedirte un favor —comentó Jay con inseguridad—. Pero esto tiene que mantenerse en secreto. —Yeonjun acomodó sus lentes y asintió—. Anlektra me dio esto. —El rubio sacó la pesada caja que había escondido y se la entregó—. Dijo que me serviría más adelante pero no me explicó para qué.

Yeonjun tomó la caja entre sus manos y comenzó a examinarla sorprendido, no tenía idea de qué material estaba hecha y mucho menos podía entender lo que decían las letras.

—¿Alguna idea sobre qué dice la caja? —preguntó Jay con cierto nerviosismo.

—Parece un idioma antiguo...

—¿Cómo el de los Vita? —El pelirrosa se volvió a acomodar los lentes y acercó más la caja a su cara.

—Más antiguo que eso.

—¿Crees poder descifrar lo que dice?

—Puedo intentarlo —afirmó con seguridad—. Pero claramente me tomará un tiempo hacerlo. —Colocó la caja sobre una piedra y continuó examinándola—. ¿Puedo ver su contenido? —El menor asintió.

Yeonjun estiró sus manos hasta la caja y con mucho cuidado levantó la tapa para luego recoger las esposas con la misma delicadeza con la que se cargaría a un recién nacido. Apenas vio su interior, el muchacho no pudo evitar soltar una carcajada.

—¿Para qué se supone que es esto? ¿Quiere que atrapemos y encarcelemos a un Oscuro y experimentemos con él? —se mofó.

—No lo sé, Yeonjun —comentó el príncipe con los dientes apretados—. Es por eso que vine a ti. Debe de haber algo en esa caja o esposas que nos diga para qué diablos son.

—Lo siento, el vino me ha vuelto más simple de lo que soy —se disculpó volviendo a dejar los grilletes en su lugar.

—Quiero pensar que esta es la verdadera solución a todos nuestros problemas así que te pido como amigo que no se lo digas a nadie y te lo ordenó como general y príncipe de Nostriel. ¿Lo entiendes? —El muchacho asintió.

—¿Por qué no quieres que nadie lo sepa? —Yeonjun lo miró con curiosidad, estaba seguro de que Jay le estaba ocultando algo.

—Porque estoy seguro de que sea lo que sea que digan la caja y su contenido, sólo nos traerá más problemas.

—¿Tampoco puedo decirle a Soobin? —Jay suspiró, sabía que era mejor dejar esto en manos de dos genios expertos y no sólo en las de uno.

—Sólo a él ¿me entiendes? —El mayor asintió—. Nadie más puede saber de esto, ni siquiera los reyes. Nadie —recalcó el príncipe con seriedad.

—Lo entiendo. Y te prometo que nadie más se enterará de esto. —Jay suspiró.

—Regresemos a la fiesta —sugirió el príncipe antes de darse media vuelta y abandonar el lugar.

Cross the Line {Cursed-Blessed} Donde viven las historias. Descúbrelo ahora