CAPÍTULO VI.I

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CAPÍTULO VI.I

Jay no había podido dormir en toda la noche por lo que terminó pensando en el siguiente paso de su aventura. Gracias al mapa que había copiado del castillo ahora conocían la forma de salir de ese lugar sanos y salvos, el único problema era que no sabía qué pasaría una vez siguieran el camino amarillo que estaba indicado ahí. Si la información del mapa era correcta, el camino que seguirían los llevaría hasta el mar pero luego de eso ¿qué harían para salir de ese lugar?

El muchacho desconocía por completo si seguía existiendo la playa que estaba marcada en el mapa, las condiciones de esa tierra pudieron haber cambiado y ahora existían dos nuevas posibilidades: A) el nivel del agua había ascendido y ya no existía la playa; o B) se había creado un nuevo desierto, claramente el muchacho rogaba porque fuera la opción. Pero también existía la opción C donde C) todo sigue igual, y ninguna de las anteriores. Pero esa era información que claramente no poseía.

Luego de esas posibilidades comenzó a pensar en el siguiente paso. Si el mar se mantenía en su lugar original y nada había cambiado, eso significaba que ahora necesitaban un bote para poder salir de ahí. ¿Seguirían existiendo aquellos barcos antiguos que alguna vez habitaron el lugar? Esa era otra pregunta de la cual el chico no tenía respuesta. Pero de no ser ese el caso, eso sólo significaba que tendrían que conseguir un barco lo suficientemente fuerte para aguantar a los soldados y llevar todas las armas y armaduras que el príncipe había encontrado, acción que les tomaría meses sino es que años. Este pensamiento lo frustró.

Cerca del medio día los soldados comenzaron a despertar y Jay no perdió su tiempo y los hizo reunirse para hablar sobre su plan.

—Ya que estamos todos aquí —comenzó a hablar el chico con tranquilidad—. Ha llegado el momento de volver a casa. —Todos gritaron y vitorearon—. Según la información que dejaron los antiguos sobre estas tierras, existe un pasaje que nos llevará sanos y salvos hasta el mar Entorico. —Los soldados gritaron nuevamente—. La distancia desde el pueblo de Austora hasta el mar es de un mes. Pero —Todos prestaron atención y guardaron silencio— si logramos llegar sanos y salvos hasta ahí será necesario conseguir un medio de transporte. Tendremos que construir un barco. —Las personas comenzaron a murmurar.

—¿Cuánto tiempo nos llevará eso?

—¿Dónde conseguiremos el material?

—¿Y las herramientas?

—¿Alguien sabe construir barcos?

—¡No sé nadar! —Varias voces comenzaron a recorrer el lugar.

—¡Silencio! —ordenó Kuma y los soldados obedecieron— ¿Cuánto tardaría eso? —Tanto el príncipe como la teniente voltearon a ver a los científicos quienes apenas escucharon las palabras del rubio habían comenzado a hacer cálculos.

—El tiempo más corto es de dieciocho meses pero podría llevarnos incluso unos tres años —informó Yeonjun.

—Eso es demasiado tiempo —comentó Kuma volteando a ver al príncipe.

—No tenemos otra opción, nada nos asegura que lograremos regresar si tomamos el camino por donde llegamos. Perdimos a más de la mitad de los soldados, si regresamos por ahí es posible que nadie vuelva. —Todos asintieron al escuchar sus palabras—. ¿Yeonjun, cuántos hombres necesitarías para construir el barco?

—A todos. —Jay maldijo.

—¿Sucede algo? —Kuma lo miró con interés.

—Pensaba en sacar más armas y armaduras del castillo. Las que llevamos sólo alcanza para cuatro legiones.

—Entonces nos dividiremos —habló el pelirrosa—. Algunos hombres se quedarán contigo y el resto me acompañarán para construir el barco.

—Si hacemos eso nos tardaremos más tiempo en la construcción —comentó su novio en un susurro.

Todos intercambiaron miradas.

—Tomaremos el riesgo —comentó la chica con seguridad a lo que el resto asintió.

—Escuchen —volvió a llamar su atención el rubio—. Nos dividiremos en dos equipos. El primero irá con el científico Yeonjun y el doctor Soobin...

—Yo también formaré parte de ese equipo —aclaró la muchacha a lo que Jay asintió.

—Se adelantarán para iniciar la construcción del barco. El segundo se quedará conmigo, sacaremos el mayor número de armas y armaduras del castillo y los alcanzaremos apenas terminemos con eso.

—Una mitad vendrá conmigo y la otra con el príncipe Jay. Por favor, estén listos para partir mañana al alba —ordenó Kuma.

Los hombres comenzaron a platicar y a dividirse.

—Uno de nosotros debe quedarse con los hombres del príncipe —soltó Soobin—. También necesitarán ayuda para poder transportar todo ese peso y para ingeniar un mejor mecanismo para sacar las cosas del castillo.

—¿Qué sugieres? —Yeonjun lo miró algo confundido.

—Me quedaré con ellos —dijo el de cabellos azules con seguridad.

—¿Estás seguro? No es necesario —comenzó a hablar Jay.

—Necesitan optimizar el sistema y tener una mejor idea para sacar todo eso. Jay es el único que puede entrar a ese lugar, él solo no soportará todo el peso de las cosas. —Todos voltearon a ver al rubio.

—De acuerdo Binnie, entiendo tu punto. No queremos que el príncipe Jay se rompa la espalda. —Los presentes rieron ante su comentario.

Cross the Line {Cursed-Blessed} Donde viven las historias. Descúbrelo ahora