𝅄 ໒ Gator in luv | Monty x Freddy ⌑ Fnaf ഒ ˚ ₊

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Era un nuevo día, un chico de cabello castaño se encontraba preparando el desayuno para él y su hermano menor de once años, el cuál se encontraba frente al televisor, jugando videojuegos, se le veía muy concentrado.

-¡Qué hijos de puta, eso fue trampa!- Gritó el infante, lanzando una almohada al suelo. Su hermano mayor se acercó a desconectar la consola, dejando al pequeño desconcertado.

-Se hace tarde, superstar.- Dijo el de cabello castaño claro, sonriendo dulcemente y sirviendo ambos platos en la mesa, haciendo a su pequeño hermanito bufar.

-Ñeñeñe.- Imitó de manera infantil, yendo a sentarse en la mesa rápidamente ¡Freddy preparó Hotcakes! Eso le alegró la mañana, haciéndolo olvidar de inmediato el asunto del juego.

-Gregory ¿Hiciste tus tareas ayer?- No obtuvo respuesta, el más pequeño solo comía mientras movía rápidamente sus pies, los cuales no tocaban el suelo. Gracias a esto, Freddy asumió que las tareas no estaban hechas, por lo que suspiró y se dedicó a desayunar, no podía decirle nada, pues sabía que su respuesta sería "no eres mi padre."

En unos minutos, ambos estaban de camino a sus colegios, para buena suerte de Freddy, la primaria de Gregory le quedaba de paso cuando él iba a la escuela. Era una costumbre que Gregory solo tenía a Freddy y Freddy solo tenía a Gregory, crecieron juntos, sus papás nunca pasaron mucho tiempo con ellos, aunque ya no se torturaban con eso, eran felices, los dos, aunque eso no cambiaba que al castaño le tocaba hacer el rol se padre, y esto lo mantenía constantemente estresado.

Al escuchar una voz femenina detrás de él, suspiró y salió de sus pensamientos, formando una sonrisa en sus labios antes de darse la vuelta y encontrarse con esa chica, que desde que lo conoció, no lo soltó, sintió como si ella lo hubiera adoptado. Era sorprendente lo rápido que Chica se había integrado en la escuela, no podía decir que era la más popular, pero vamos, ella saludaba a cualquiera como si fuera su amigo de años, y eso le funcionaba.

-¡Freddy, chiquito! ¿Cómo estás?- El castaño fue abrazado por la albina, la cuál despeinó su cabello, aún con él en brazos. Era irónico que ella le llamara chiquito, cuando Freddy era más alto y mayor que ella, pero Chica solía decir que su actitud era chiquita, lo cuál para Freddy no tenía sentido, pero ya se había acostumbrado al apodo.

-Jeje... Estoy muy bien, Chica ¿Y tú?- Respondió, separándose de la de menor estatura, la cuál mantenía su sonrisa animada.

-¡Genial! Oye ¿Por qué no me esperaste hoy? Cuando fuí a tocar tu puerta ya te habías ido.- Un puchero adorable se formó en los labios de la fémina, la cuál llevaba un labial rosado en estos y un gloss muy bonito.

-Disculpa, es que pensé que era tarde, entonces me apresuré y terminé saliendo de casa muy temprano.- Le explicó a su amiga, quien lo escuchaba con atención mientras caminaban juntos hasta el colegio.

-¡Je! Típico de Freddy, el señorito puntual, le dicen.- Bromeó Chica, haciendo que ambos se echaran a reír. En unos pocos minutos llegaron al colegio, entrando juntos, aunque poco les duró la soledad, pues varias personas se acercaron a saludarlos y tratar de sacarles plática, en otra ocasión Freddy hubiera estado encantado de hablar con todos ellos, pues mayormente era gente muy agradable, pero su clase empezaba en pocos minutos y no quería llegar tarde.

-¡Disculpen, tengo clase! ¡Hablemos luego!- Se despidió de todos, incluyendo a su amiga, quien sonrió y se encogió de hombros, haciendo que Freddy sonriera de vuelta. El castaño era feliz, incluso si a veces sentía que tenía muchas cosas de qué preocuparse; su hermano menor, sus padres, sus calificaciones, además de que le preocupaba la felicidad de sus amigos ¿Qué más le preocupaba? Ah... Sí.