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Ahí estaban, dos adolescentes limpiando el salón de matemáticas. Uno pasaba un trapo por las mesas y el otro pasaba el trapeador por el suelo.

-¡Oye, MontGomery! Estás ensuciando lo que acabo de trapear.- Se quejó el castaño, cruzandose de brazos, sin embargo, recibió una mirada molesta por parte del mencionado.

-¿Y? Tu existencia ensucia mi preciada cordura y no me quejo, llorón.- Freddy iba a reprochar, pero suspiró, recordando las palabras de la mejor amiga del chico, esperaba que tuviera razón en ignorarlo y no terminara todo golpeado por lo mismo.

-Por favor, no quiero tener que volver a trapear cuando termines.- Esperaba con esto convencer a su compañero, pero en vez de esto, el chico se puso de pié y con una sonrisa desafiante empezó a caminar, acercándose a él y ensuciando el suelo al mismo tiempo ¡Claramente lo hacía a propósito!

-Oh, me parece que sí tendrás que hacerlo, qué triste ¿No?- Dicho esto, colocó su dedo sobre la nariz del más bajo e hizo un poco de presión en esta. -Boop.- Dijo, antes de volver a caminar hasta donde estaba anteriormente. Freddy apretó sus puños, quería lanzarle el trapeador a ese idiota. Suspiró rendido y se sentó en una de las butacas, esperando a que el más alto terminara de limpiar para poder concluir con su trabajo de trapear el salón.

-Roxanne me dijo que me estabas esperando.- Rodó los ojos al ver como el pelirrojo pasaba su mano por su cabello largo y alborotaba este, MontGomery era un presumido.

-¡Claro que te estaba esperando! No iba a limpiar yo solo, la culpa fue de ambos. Por cierto, levántate de esa banca, acabo de limpiarla.- Freddy frunció el ceño y colocó sus dos manos sobre la mesa, con algo en mente. La ira le invadió por ese último comentario, no podía controlarse cuando estaba cerca de ese descarado del demonio.

-¿Ah sí? ¿Acabas de limpiarla? Pues sería muy triste que tuvieras que volver a hacerlo ¿O no?- Lo miró desafiante, viendo como el otro se volteaba hacia él de manera amenazante. Desde la perspectiva del pelirrojo, pudo ver que su compañero sacaba de su bolsillo un paquete de galletas terminado.

-No te atrevas a...- Una sonrisa se asomó en los labios del de piel blanca, quien rompió el paquete y tiró todas esas migajas sobre la mesa, y al momento siguiente, el trapo que llevaba el de ojos rubí fue impactado contra el rostro del castaño.

-¡Oye! Tú empezaste.- Exclamó el castaño, retirando el trapo de su rostro y lanzandolo directamente al suelo.

-Y yo lo termino.- Lo siguiente que sucedió fue que el de piel canela se dirigía hacia su mochila, sacando de ahí una bebida energética que solía llevar a la escuela muy seguido. Esta fue abierta mientras el pelirrojo caminaba hasta llegar al centro del salón, seguido, esparció su bebita por todo el suelo, tirando el embase sin descaro alguno. -Ahora ven a limpiarlo, hijo de perra.- Monty bajó sus lentes en forma de estrella para ver con claridad a su compañero, quien parecía que iba a explotar en cualquier momento.

-Vuelve a decirme así y haré que lo limpies con la lengua.- El castaño caminó hasta una butaca y la pateó, tirándola al suelo, justamente en encima de donde su compañero había tirado su bebida.

-Con la lengua me vas a limpiar la verga.- El más alto gruñó y se acercó directamente al castaño, haciendo que este retrocediera. -¿Quieres guerra? Guerra tendrás.- Dicho esto, Freddy tomó los lentes del pelirrojo y los lanzó directamente hacia donde estaba esparcida aquella bebida.

-Bien.- Dijo Freddy, antes de ser empujado, chocando contra un estante de libros y cayendo todos encima de él. Monty sonrió victorioso, sin embargo, fue golpeado con un libro directamente en la cara, lo que le hizo quejarse. Luego fue golpeado de nuevo, y de nuevo... Y de nuevo.

-¡Ya basta!- Le gritó, tomando uno de los libros y lanzandolo de vuelta hacia él castaño, golpeando su cabeza. Este solo se hizo bolita como si eso fuera a protegerlo. -Eres realmente patético ¿Quieres que limpie cosas con la lengua?- Dicho esto, aprovechó la distracción del castaño para tomarlo de la camisa y arrastrarlo hasta aquella escena desastrosa. Tomó la cabeza de Freddy y la apuntó hacia el suelo, colocando una pierna sobre la espalda del sometido para que no pudiese hacer nada. -¿Por qué no mejor lo haces tú? Limpia eso, maldita perra.- De pronto, los ojos de Freddy se llenaron de lágrimas por la terrible humillación y la presión del momento, no estaba acostumbrado a ser tratado de una manera tan cruel, pero era su culpa por provocar a alguien sin corazón.

-Suelta... Suéltame.- Suplicó, resistiéndose al acercamiento. En el salón solo se escuchaban los quejidos y sollozos de Freddy, quien ni siquiera podía moverse, sin embargo, tenía que calmarse y buscar alguna manera de safarse de esa situación.

-Anda, si no quieres que arrastre tu estúpido cabello por todo el suelo.- Una risa sádica escapó de los labios del de piel color canela, Freddy no podía comprender como en el mundo existía alguien tan cruel, tampoco entendía como él terminó enredado en esa situación con esa persona cruel. -Estoy seguro de que no eres un angelito como todo el mundo cree, Fazbear.- Murmuró el pelirrojo cerca de su oído, haciendo estremecer al de piel palida, el cuál de una u otra manera pudo golpear una de las costillas del otro con su codo, logrando por fin escapar del agarre y haciendo que el alto se quejara.

El castaño no dudó y se lanzó contra el pelirrojo, quedando encima de él. Tomó ambas manos de su compañero y las puso al costado de su cabeza, evitando así que el pelirrojo pudiera moverse.

Ahí estaban, en completo silencio, lo único que se escuchaba en la habitación eran las respiraciones alteradas de ambos adolescentes. Ambos se vieron a los ojos, ahí estaban de nuevo, esos preciosos ojos azules, Monty sentía como si estuviera viendo a Chica cada que hacía contacto visual con el adolescente al cuál tanto detestaba, y detestaba eso también, sentir su corazón sacudirse cada que veía sus ojos... ¡Obviamente no era Freddy quien sacudía su corazón! Era Chica, pero cada que lo veía, no podía evitar compararlos. Por otro lado, cierto castaño también tenía un enorme problema con los ojos carmesí de su compañero, también veía a otra persona reflejada en estos, y eso sacudía su corazón de una manera que él no podía explicar. Ese era el único detalle que no dejaba que se terminaran de odiar.

-Wow... Chicos, no les pido que se lleven bien, pero mínimo no destruyan los salones.- La voz de un adulto los sacó de su pequeño mundo, rápidamente se dieron la vuelta, encontrándose con el conserje que los había llevado a la oficina del director la otra vez, y a su lado, uno de los mellizos, el pelinegro, para ser exactos.

-¡Moondrop! ¿Qué haces aquí?- Preguntó el castaño, mientras rápidamente ambos chicos se separaban y se dirigían a quienes estaban recargados en la puerta.

-¡Meh! Me quedé dormido en clase de inglés, desperté y ya no había nadie, solo ustedes dos, peleando.- Esto hizo reír un poco a Fazbear, su amigo siempre se quedaba dormido en clases y en la noche no podía dormir, a veces incluso despertaba con varios mensajes de su amigo, los cuales decían "Enviado hoy a las 3:00 AM."

-El joven Moon me llamó, y qué bueno que lo hizo. He de aclarar que yo no pensaba venir hoy al trabajo, el director me dijo que podía faltar, pero una corazonada me hizo venir, ya veo de qué se trataba.- Dijo el conserje, observando la escena frente a él. -Necesito que resuelvan sus diferencias y ordenen el salón, mientras tanto, estaré barriendo los pasillos. Moon, procura mantenerlos vigilados.

Y así fue como tuvieron que hacer trabajo doble, mientras su compañero los vigilaba, al menos eso se suponía, pues este se quedó dormido después de un rato. Pero bueno, por lo menos ya no pelearon de nuevo.

𝅄   ໒  Gator in luv | Monty x Freddy  ⌑  Fnaf  ഒ  ˚ ₊Donde viven las historias. Descúbrelo ahora