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Al recibir esta notificación, el grupo de amigos se miraron entre sí, había sido un shock demasiado fuerte enterarse de eso tan de repente. El que más se veía afectado era Monty, el cuál no decía absolutamente nada.

El pelirrojo sentía que el mundo se le caía, quería morir, quería ser él quien estuviera en lugar de su castaño. Se sentía tan impotente e inútil, su estómago se revolvía con angustia y su cuerpo temblaba intensamente. Sus amigos trataban de calmarlo, pero se sentía fuera de control.

-No, no me voy a rendir. Me niego a aceptarlo, Freddy sigue con vida, estoy seguro ¡Debe seguir con vida! Y Gregory también... No pueden estar muertos.- Las lágrimas comenzaron a brotar sin poder evitarlo, aparentemente el chico estaba teniendo una especie de ataque que los demás no entendían. Se le veía más que abrumado y sus amigos estaban muy preocupados.

-Pero ¿De qué manera podríamos encontrarlo? Lo siento, Monty, pero a mí no se me ocurre nada.- Comentó Chica, su voz se escuchaba muy deprimida, y es que la situación era sumamente lamentable.

-Podríamos tratar de buscarlo, pero dudo que sea sencillo. Podrían estar en cualquier lugar de la ciudad, incluso fuera de esta.- Aportó el rubio con una mirada apagada.

-Quién sabe si siga dentro del país.- Habló esta vez la de cabello platinado, mientras el de piel canela se hundía en su desesperación. Tenían más problemas que soluciones, necesitaban soluciones y urgentemente... Aparentemente, sus plegarias fueron escuchadas y otra notificación sonó en todos sus celulares, pensando que podía ser una nueva publicación, pero no fue así. Si lo que asumieron era cierto, podían rescatar al castaño todavía.

• • •

El pelimorado ya se había llevado al niño, probablemente para matarlo. Ahora Freddy solo lloraba con desesperación, no quería perder a su hermano.

-A pesar de todo, Bonnie es un buen chico, no será capaz de asesinarlo tan pronto, así que aún tienes oportunidad, Fazbear ¿Dónde está tu madre?- Preguntó la mujer, apuntandolo con un cuchillo mientras este lloraba sin poder detenerse.

-¡No lo sé, mierda, no lo sé!- Gritó, desgarrando nuevamente su garganta y provocando que no pudiera seguir hablando de manera estable, pues la voz se le iba.

-La buscaré entonces.- El cuchillo fue clavado con furia en una mesa, antes de que la mujer se retirara a algún lugar que Freddy desconocía. Se quedó solo, llorando sin cesar y sintiéndose cada segundo más débil, sentía que se iba a desmayar puesto que no había comido, ido al baño, dormido, ni bebido agua en dos días. No quería morir.

Las horas pasaban y el castaño comenzaba a perder la esperanza, no tenía idea de dónde estaba, sabía que su vida terminaría en cuanto la mujer regresara, no quedaría nada de él y de su familia. Cerró los ojos, comenzando a resignarse al pensar que esa sería la última vez que los tendría abiertos. Necesitaba dormir, si eran sus últimos momentos de vida, preferiría dormir en vez de seguir luchando.

Se había rendido por completo...

O eso quería, pero al escuchar golpes en la parte de arriba, no se permitió cerrar los ojos. No eran golpes como "¿puedo pasar?" eran golpes como "voy a tirar la puerta y la pared si es necesario" ¡Y así fue! Después de varios golpes, escuchó un fuerte estruendo. Gracias a que todo venía de arriba asumió que estaba en el sótano de una casa, podía ser. Freddy tenía miedo, ya no se esperaba nada bueno, solo esperaba su muerte, pero escuchar las múltiples voces arriba le regresaron los ánimos.

-¡Freddy! ¿En dónde estás?- Era Chica. Una sonrisa esperanzada se asomó en su rostro y trató de contestar, pero su garganta estaba muy lastimada como para gritar.

-¡Freddy, contesta!- Monty... Era Monty. Al escuchar esa voz que tanto amaba, comenzó a buscar alguna manera de hacer ruido. Logró hacerlo, pero de una manera no muy oportuna, pues trataba de saltar para hacer ruido en la silla, pero solo logró que esta cayera al suelo junto a él, ahora no podía hacer nada, solo esperar que haya sido escuchado.

Por otro lado, el pelimorado se veía asustado. Estaba junto al niño, el cuál le sonreía y ponía una mano sobre su brazo.

-Gracias, Bonnie. Verás que fue lo mejor.- El de cabello largo sonrió y asintió levemente con la cabeza, sin embargo, no podía evitar alterarse, pues su jefa podría llegar en cualquier momento.

-¿En dónde lo pudieron haber metido?- Volviendo al grupo de amigos, seguían buscándolo, pues habían escuchado algo en la parte de abajo, mas no sabían cómo bajar, es decir, por dónde.

-Síganme.- Eso les tomó por sorpresa a todos, pues se trataba de Bonnie, quien tenía a Gregory en brazos, sano y salvo.

-Tú... ¡Maldito hijo de puta!- Estaba por correr hacia él y golpearlo hasta la muerte, pero fue detenido.

-¡Monty, no!- Exclamó el infante, haciendo que este se detuviera y retrocediera rápidamente. -Él fue quien les mandó la ubicación y un mensaje explicándoles todo desde mi celular.- Le dijo con una mirada adorable en su rostro, pero no sabía si confiar ¿Y si Gregory estaba siendo manipulado también?

-Es cierto... Miren, sé que no tengo perdón, no pido que me perdonen porque si yo fuera ustedes no lo haría, solo quiero que sepan que ya no formaré parte de esto, Gregory me hizo entender que siempre hay una mejor solución.- Rascó su nuca, bajando al pequeño de sus brazos, quien sonreía con orgullo al ver las miradas tan confundidas y sorprendidas sobre él. -Reitero, no pido que me perdonan, tampoco que confíen en mí, no es necesario porque en cuanto ayude a mi familia me iré de nuevo del país y no volverán a verme.

El grupo de amigos se miraba entre sí, desconfiados, pero suponían que era lo mejor para todos, solo esperaban que no fuera un engaño.

-Bien, pero todos nosotros traemos armas por si acaso, así que cuidado con lo que intenten hacer.- Amenazó Monty con una mirada asesina, haciendo que el de cabello violeta asintiera con la cabeza y comenzara a caminar, siendo seguido por los amigos del chico del sótano. Los guió hasta abajo, en donde por fin pudieron ver a su querido Freddy, este estaba desmayado y tirado en el suelo, aún con la silla.

-Compermiso, voy a desencadenarlo.- Dijo el de orbes grandes y rojizos, tomando una llave y abriendo el candado que mantenía aprisionado al castaño inconsciente. -Ahora salgan de aquí, salgan rápido, de lo contrario se darán cuenta.

Así hicieron, el pelirrojo cargó a su chico y juntos salieron del lugar rápidamente, viendo como mientras salían los aparatos electrónicos comenzaban a estallar detrás de ellos, un momento sumamente dramático y tenso. Para su suerte lograron escapar y subir a la camioneta que le pertenecía a los mellizos, debían irse rápido pues aún tenían que reportar todo con la policía.

-Pronto estarás bien, mi osito.- Murmuró el de piel canela, quien tenía en los brazos al débil castaño. Su cuerpo se sentía más liviano que de costumbre, probablemente no había comido bien.

Pero ya todo estaba bien, bueno, no, aún no. Mientras esa mujer estuviera libre y en busca de la madre de los hermanos, aún tenían algo qué resolver.

𝅄   ໒  Gator in luv | Monty x Freddy  ⌑  Fnaf  ഒ  ˚ ₊Donde viven las historias. Descúbrelo ahora