𝅄 ໒ Gator in luv | Monty x Freddy ⌑ Fnaf ഒ ˚ ₊

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Los minutos pasaron, Freddy y Monty seguían en la habitación del infante, el cuál ahora tenía su celular y estaba jugando juegos. Les alegraba poder haberlo cambiado, pero en ningún momento quiso hablar, por lo que no insistieron y lo dejaron tranquilo, solo después de que se diera una ducha.

-¿Cómo es que supiste qué hacer?- Ambos chicos estaban recostados, el castaño acurrucado sobre el pecho de su pareja mientras este jugaba con su cabello tranquilamente. El niño no parecía estarlos escuchando, pues hablaban en voz baja y el pequeño estaba muy concentrado en sus videojuegos.

-Suelen pasarme cosas parecidas desde que tengo memoria, con el pasar de los años aprendí cómo calmarme. Solo hice lo que me gustaría que hubieran hecho conmigo en todas esas veces.- Explicó indiferente, era preocupante que tener un ataque fuera parte de la rutina de Monty, pero así era, aunque en su mayoría eran ataques de ira.

-Ya veo... Fuiste muy inteligente.- Contestó el de ojos azules, acurrucándose y pasando sus brazos alrededor del cuerpo del pelirrojo, el cuál disfrutaba de tener a su pareja recostado sobre sí. Era cómodo para ambos el estar de esa manera y lo disfrutaban.

-Ya lo sé.- Ante esta respuesta, recibió un pequeño golpe, haciéndolo quejarse y reír un poco, su novio también reía. Estaban cómodos juntos, pero aún estaban preocupados por el pequeño.

-Respecto a...- Freddy señaló a su hermano menor con su cabeza, haciendo asentir al pelirrojo en señal de que comprendía. -El miedo se lo causó esa mujer que estaba con mi madre.- Murmuró, dejando pensativo al más alto entre ambos, hasta que algo hizo click en su cabeza.

-Ahora que lo dices, he escuchado su voz antes.- Comentó, sintiendo su estómago revolverse cuando recordó en dónde y cuándo había escuchado la voz de aquella mujer. -¿Recuerdas que te dije que Bonnie le habló de ti a una mujer y que no tenían buenas intenciones?- Utilizó un tono de voz bajo para asegurarse de no ser escuchado, el castaño asintió. -No quiero asumir nada, pero creo que era ella.

-¿Ella? Yo... Eso no puede ser ¿Es la misma que nos...?- Calló antes de continuar la frase, ambos se sintieron sumamente aterrados ante ese momento -Ella debería estar detenida.

-Fácilmente pudo haber escapado ¿No escuchaste su voz o viste su rostro?- Cuestionó el pelirrojo, aún acariciando y jugando con el suave y bien cuidado cabello del castaño.

-No, ella usaba un traje y su voz se escuchaba... Distorsionada, no lo sé.- El de tez clara colocó sus manos en su rostro con desesperación, en respuesta, el de ojos rubí dejó un beso sobre su cabeza para calmarlo, esto impresionantemente funcionó casi de inmediato. -¿Qué debemos hacer?

-Ni siquiera sé si nos corresponda hacer algo, aunque parece que sí ya que tu madre no tiene idea. La policía debería conocer la identidad de la tal Vannesa ¿No es así? Quizá si les llamamos...- Propuso, y ambos se quedaron completamente pensativos durante algunos segundos, nuevamente no sabían qué hacer, quizá llamar a la policía era la mejor opción, mas primero deberían hablar con la madre de Freddy ¡Y para eso antes debía irse esa mujer! De lo contrario, todo se iría al caño antes de siquiera haber comenzado.

Sí, iban a esperar, pero se estaba haciendo cada vez más tarde y Monty no vivía precisamente cerca de aquellos rumbos en los que se ubicaba el castaño, por lo que no sabían qué hacer respecto a eso. Para su suerte, después de un rato aquella mujer se retiró del hogar de los Fazbear ¡Era su momento! Salieron de la habitación y caminaron hasta quedar frente a la progenitora del castaño.

-¡Mamá, tenemos algo muy importante qué decirte!- Exclamó el de cabellos castaños, mientras su madre sonreía de la manera más dulce y calmada que pudiera existir.

-Hijo mío, yo te voy a aceptar independientemente de cómo seas. Siéntense los dos, hay que tener una charla.- La mujer se levantó hacia la cocina esperando a que el par de adolescentes se sentaran como les había dicho. La palabra "charla" resonó con fuerza en las cabezas de ambos jóvenes, como si esta tuviera  un enorme eco.

¿¡Charla!? Carajo, no, Monty no estaba listo para las charlas incómodas con los padres, jamás llegó a esto, nunca tuvo una relación formal. Quizá esto estaba yendo muy rápido ¿O solo estaba sobrepensando las cosas? Mierda, se suponía que solo le contarían sobre Vannesa a la mujer, nadie lo preparó para esto.

Por otro lado, las mejillas del de ojos azules se tornaron rojas como tomates, al igual que sus orejas y prácticamente todo su rostro ¿¡Una charla!? ¿Qué quería decir su madre con eso? Estaba muy avergonzado, pero lo único que pudo hacer fue sentarse en el sofá, siendo seguido por su novio. Ahí estaban ambos, con las caras rojas de vergüenza, una expresión nerviosa e incómoda y sin moverse en lo absoluto.

-¡Bien! Primero quiero que me cuenten cómo sucedió todo, denme detalles.- La pregunta desconcertó a los adolescentes, pues la mujer que ahora se sentaba sobre el sofá con una taza de café se veía... Demasiado tranquila.

-Pues... No sé si alguna vez te hablé de MontGomery, alguna de las veces que has estado en casa y platicamos, quizá.- Comenzó el castaño, procurando ir relajándose de a poco. Quizá dejarían la charla respecto a Vannesa para otro momento. Mas su pareja no pensaba igual, se veía más tenso que nunca ¿Cómo podía estar tan nervioso?

-¿MontGomery? ¿¡Eres tú!? Woah, mi hijo me ha contado sobre ti, aunque solía decirme que eras un idiota, que no te soportaba, que lo sacabas de quicio.- La mujer dejó escapar una pequeña risa, sobretodo le hizo gracia ver como aquél joven pelirrojo fulminaba con la mirada a su pequeño retoño, el cuál ahora sudaba con una sonrisa nerviosa. -¿Y ahora salen? Uy, necesito toda la historia.

-Quiero que sepa que el verdadero idiota insoportable era él, no yo.- Dijo sin pelos en la lengua, esperaba algún reproche pero solo hubo risas por parte de la fémina mayor entre los tres, además de una mirada indignada por parte de su novio que le hizo contener una sonrisa.

Así comenzaron, cada uno contó su versión de la historia mientras la mujer escuchaba atentamente, haciendo comentarios divertidos o interesantes de vez en cuando. Freddy no entendía porqué su madre estaba siendo tan relajada a comparación de en otras ocasiones, pero lo disfrutaba, estaba teniendo de nuevo la confianza con su mamá que no tenía hace mucho tiempo y eso lo hacía más que feliz.