Capítulo IV

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Contradicciones, Sexo, Trauma.

Un golpe seco en la mesa agudiza mis sentidos.Alzo la vista para ver al jefe de departamento soltando fuego por la boca.
-¡No podías hacer eso!-ruge.

He estado toda la mañana discutiendo el por qué le quité la camisa de fuerza a Alexxo.Al parecer la noticia corrió como la luz y es la novedad de la semana.

-Doctor le recuerdo que soy la encargada de todo lo que tenga que ver con el paciente Alexxo , por tanto , tomo las medidas que vea necesarias.

-¡Es que no hay necesidad!¡Se cree que va a gobernar este hospital solo por ser una eminencia!.

Sonrío, aún queriendo insultarme no hace más que halagarme.

-Lo siento pero no tengo tiempo para escuchar sus quejas, mientras tengo un paciente que atender.

-¡No me importa!¡Ese bicho puede esperar!-espeta.

Tomo aire tratando de conservar mi ira, no me gusta que menosprecien a mis pacientes o los denigren.

Trevor entra a paso lento en la oficina y mira con cata de confusión al hombre que no para de caminar de un lado a otro.

-¿Qué está pasando aquí?-se sienta en el sofá.

-¡Pues que la niñata le ha quitado la camisa de fuerza al puto loco de este hospital!-vocifera.

Trevor se pone serio y me dedica una mirada pidiendo explicaciones.

-Consideré que era necesario quitarle la camisa de fuerza para poder entrar en confianza con el paciente y lo hice, no tengo que excusarme por una determinación que tengo derecho a tomar-digo sin inmutarme.

-¡Te crees que porque llegaste hace unas semanas eres la superior aquí!.

-Alexxo es muy peligroso Ellie-explica Trevor.

-Estoy consciente de ello, y aún así tomé mi desición.

-¡Tú no eres nadie!¡Ve y ponle la camisa de nuevo a ese puto enfermo!-ladra en mi dirección.

Mi paciencia llega a su punto máximo y camino hacia la puerta.

-¡¿ dónde crees que vas?!¡Recibe mi orden ya mismo!.

-¡No tengo que recibir órdenes tuyas ni de nadie porque es mi paciente!¡Y no permitiré que lo sigan tratando como un puto perro!¡Si no te gusta entonces busca la manera de expulsarme del hospital!-exploto.

Salgo dando zancadas buscando la habitación de Alexxo, nadie le va a poner la camisa de fuerza, no mientras yo trabaje aquí.

Abro la puerta y lo encuentro mirando la ventana serio, con la camisa acomodada y para colmo más apretada.

Me sube todo el cabreo y me paro nuevamente en la puerta mirando al pasillo buscando a algún guardia.

Él me mira y está a punto de decir algo pero mis gritos no lo dejan hablar.

-¡Que alguien le quite esa puta camisa!-grito y se aproxima un enfermero.

Le comienza a safar los ajustes de mala gana tratándolo como un animal.

-¡Quítate!-me saca de mis casillas-¡Piérdete!-Le grito.

Este sale corriendo y me siento en el sofá tratando de recuperar la compostura.Menuda mañana de mierda.

Alexxo se sienta frente a mí y mira mis gestos.Mi pecho continúa bajando y subiendo.

-De no ser por el respeto que te tengo y por mí promesa le hubiera arrancado la oreja con los dientes-farfulla.

El diablo en disfrazDonde viven las historias. Descúbrelo ahora