Capítulo XIII

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Juegos siniestros.

La algarabía retumba en las paredes la habitación, Jane se toma el puente de la nariz en busca de calma y Enrick trata de callar el gentío.

—¡Basta!—vocifero a los 4 vientos tratando de callarlos.

Para mi sopresa todos guardan silencio y me miran espectantes , sabía que esto sería todo un debate pero es necesario.

—¿Y si tengo que hacerle regalos a alguien que me desagrada?—pregunta la chica que está al lado de Alexxo.

—Pues te harás idea que te agrada e igual le darás su regalo—la corto.

Todos quieren regalarles a la persona con la que más cómodo se sienten pero así no funciona el juego, esto se trata de anonimato y de sentir la emoción de recibir regalos de un desconocido.

—Hagamos esto de una vez —se acerca Jane con el bote lleno de papeles con los nombres.

Me ofrezco como primera y tomo un papel, lo guardo en la bata y me ubico en mi puesto, lo saco con sumo cuidado y detallo que nadie esté mirando.

Damiano.

Al parecer la suerte nunca estará de mi lado, Damiano es un chico sociópata.No suele ser agresivo pero es muy persuasivo e hiriente cuando quiere.En los últimos meses se ha comportado muy bien así que permití que vieniese.

Pasan uno por uno a escoger un papel, todos se alejan y miran su nombre, en una esquina se aglomeran algunos chicos y chicas susurrando, Alexxo entre ellos.

—Ey, no quiero que nadie revele quién le tocó—regaño y todos se esparcen apartándose.

Jane indica que vuelvan al círculo y todos tomamos asiento.

—Bien, ahora quiero que tengan en cuenta de que no pueden regalar cosas sucias o hacer travesuras —advierte seria.

Mis posibilidades de pensar en algo que ayude a que todos se conozcan se va reduciendo.

Con personas como ellos hay que hacer juegos sencillos que no lleven mucho estrés o emociones cargadas.

Las próximas horas la pasamos hablando y tratando de conocernos entre todos para saber los gustos y las preferencias de cada cual.

Una vez terminada la reunión me llevo a Alexxo a la habitación, tengo que inventar una excusa para irme.

—Alexxo yo...—empiezo.

—Nada de huída, te quedas a dormir.

—Tengo pareja que atender—miento.

—Su novio no está con usted así que no debe preocuparse , ¿no?—me mira riendo.

Otra vez sabe cosas sin que yo le haya dicho.

—No se moleste en encontrar alguna razón por la que sé todo, simplemente sé muchas cosas.

—Voy a comenzar a pensar que me estás espiando—lo encaro con diversión.

—Puede ser—se ríe coqueto.

Ruedo los ojos y me dirijo a la salida, antes de que llegue al umbral siento su mano frenarme, me giro a verlo y me mira serio.

—Dije que nada de huídas—espeta serio.

—Me tengo que bañar o sino dormirás con una mofeta—me safo.

—¿Y quién dijo que dormiríamos juntos?—cambia de serio a divertido.

En serio este hombre me va a volver loca , es bipolar , en un momento me habla como si quisiera ahogarme y al otro me habla risueño.

—Bueno no lo dijiste pero supuse.

El diablo en disfrazDonde viven las historias. Descúbrelo ahora