•51• |Extra|

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Después de la boda, se fueron los meses y Betty y Jughead estaban en un matrimonio estable, maduro y feliz, sin mencionar que esperaban a su primer bebé con muchas ansias hasta que nació la pequeña Emma Jones Cooper. Una hermosa niña rubia y de ojos profundamente azules, como los de su padre. La pequeña enloqueció a sus padres de amor y se convirtió en su completa adoración.

Actualmente, la bebé contaba con seis meses de edad y se convirtió en la luz de la casa, teniendo a sus padres y a los que la rodeaban locos de amor.

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—A ver chiquita... abre bien grande— Le pidió Jughead a su bebé mientras la alimentaba, acercándole la cuchara. La menor se negó y éste suspiró. — Emma, por favor. Hazlo por papi—

—Te lo dije— Se burló Betty, acercándose a él. —Ni tú lograrías que comiera—

— Bebé, por favor... se una buena bebé y cometelo todo para que crezcas grande y saludable — Le insistió el pelinegro a su hija.

La bebé aceptó la comida esta vez y Jughead terminó de alimentarla y la tomó en sus brazos.

—¿Ves lo que te dije Betty? Yo si logré hacer que comiera— Presumió Jughead llenando la carita de su hija de besos.

—Estoy celosa— Bromeó la ojiverde acercándose a Jughead y besando su mejilla y la de la bebé. —Los amo—

—También te amamos a ti— Aseguró Jughead y luego miró a su hija en sus brazos. —¿Verdad mi amor?—

Betty sonrió mirando lo mucho que Jughead amaba y consentía a la hija que los dos habían tenido. Definitivamente amaba la vida que tenía ahora junto al hombre que ama y con la familia que formaron.

—Me siento mal por dejarla hoy. Me la quiero llevar, Jughead — Confesó la rubia.

—Ella estará en buenas manos y es sólo por unas horas. Va a estar bien — La tranquilizó el ojiazul acercándose a ella y dejando un pequeño beso en sus labios. Tenían planeado salir a la cabaña hoy en la tarde y regresar en la noche.

—Aún así ya la estoy extrañando y aún no nos hemos ido — Confesó Betty tomando a la niña en sus brazos y depositando un pequeño beso en su mejilla. Ella y Jughead la consentían a más no poder.

Jughead las miraba y sonreía. Se sentía el hombre más afortunado del mundo teniendo a la mujer de su vida y a su pequeña hija, el producto del gran amor que ambos se tienen.

Salió de su trance cuando escuchó los ladridos de Milo y sonrió para luego agacharse y tomar al perro en sus brazos. —También te extrañaremos a ti, amigo. Vas a cuidar muy bien a Emma cuando no estemos— Aseguró el ojiazul.

—Te amamos Jug. ¿Tu amas a papi mi amor?— Le preguntó Betty a su bebé, haciéndola reír. —Eso fue un sí—

—¿Quien no me amaría?— Presumió Jughead, divertido, acercándose a Betty y a su bebé y besando las mejillas de ambas.

Al llegar la tarde, Betty y Jughead dejarían a su bebé con Lucía mientras iban por un rato a la cabaña, a solas.

—No me he ido y ya te extraño mi bebé hermosa— Confesó Betty abrazando a su hija.

—Papi también te extrañará mi vida. Te amamos mucho— Dijo Jughead tomando en sus brazos a su hija y abrazándola, para luego entregársela a Lucía. —Sabes que puedes llamarnos cuando sea, por si acaso—

—Descuide. Esta niña es un angelito — Aseguró la mayor mirando a la bebé en sus brazos con adoración.

—Y si Milo se pone inquieto sólo sácalo. Nos vemos esta noche. Adiós princesita hermosa de papi— Se despidió Jughead besando la mejilla de su hija para salir de la mansión.

—Adiós Lucy. Y adiós mi bebé hermosa— Se despidió la rubia tocando la mano de su bebé y saliendo de la mansión junto a su esposo.

Éstos dos salieron de la mansión y entraron al auto, y el pelinegro empezó a conducir hacia la cabaña.

—La extraño — Confesó Betty.

—Yo también extraño a nuestro pequeño huracán. Ahora está descansando de nosotros. Siempre la estamos consintiendo y abrazando y eso debe abrumarla— Admitió Jughead mientras conducía.

Betty rió. —Tienes razón. Pobre de nuestra bebé —

Jughead la miró de reojo mientras conducía y puso su mano libre sobre la pierna desnuda de la rubia, ya que traía vestido. —¿Estás consiente de todo lo que quiero hacerte cuando estemos por fin a solas?— Preguntó, pícaro.

Betty se mordió el labio y miró la mano del chico sobre su pierna. —Me gusta como suena eso—

Llegaron a la cabaña y bajaron del auto. Entraron y una vez que cerraron la puerta, Jughead se abalanzó sobre Betty y ésta se subió a él, enredando sus piernas alrededor de la cintura del ojiazul mientras ambos se devoraban en un ardiente y lujurioso beso.

Jughead caminó con ella hasta el gran sofá que está en la sala y la dejó sobre éste. Se separó para sacarse la camiseta y luego posicionarse sobre ella, besando sus labios y empezando a bajar sus besos a su cuello.

Se separó una vez más para quitarle a Betty el vestido y volver a su cuello. Empezó a bajar sus besos hasta el abdomen de la rubia y se separó para mirarla directamente a los ojos con una sonrisa, pero ésta estaba sonrojada y no se veía muy cómoda.

—Amor... ¿Que pasa? ¿Todo bien?— Le preguntó Jughead.

Ésta negó. —No es nada. Es solo que... mi cuerpo ha cambiado desde que tuve a nuestra bebé y pensé que... qué tal vez yo ya no te atraía como antes—

—Betts, no pienses eso. Sigues siendo igual de hermosa que siempre y para mi nada ha cambiado en ti. Te amo— Confesó volviendo a ponerse sobre ella y volviendo a atrapar sus labios.

Se besaron lujuriosamente hasta que Jughead se tomó el atrevimiento de quitarle las  bragas y se separó para quitarse los pantalones y la ropa interior , para enterrarse sin ningún cuidado en ella, empezando a embestir agresivamente contra ella mientras ésta se aferraba a su espalda desnuda y sus gemidos se mezclaban con los de él, sin detenerse hasta que se corrieron juntos. No importaba cuantas veces lo hicieran o como lo hicieran. Siempre era especial y el deseo del uno por el otro solo aumentaba.

—Betts, te amo. Te amo y no me importa cómo te veas. Que no se te olvide y que no vuelvas a sentirte insegura conmigo. Eres perfecta tal y como eres. Te amo tanto...— Confesó dejando repetidos besos en su cara.

Betty sonrió y se aferró aún más a él, mientras éste seguía sobre ella. — Te amo Jug. Todo lo que quiero es seguir como estamos ahora y que criemos a nuestra hija juntos—

—Y más niños que vallamos a tener— Agregó Jughead, divertido.

Betty soltó una pequeña risa y volvió a sus labios. Definitivamente ambos estaban siendo muy felices y es lo que se merecen.

Terminé oficialmente con esta historia 🥲 amores, en realidad no estoy segura de escribir otra

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Terminé oficialmente con esta historia 🥲 amores, en realidad no estoy segura de escribir otra. Tengo tres ideas para escribir pero a finales de este mes iniciaré mis estudios en un internado y es muchísimo trabajo, y por lo tanto no sé si tendré tiempo de escribir 💔 escribir es algo que me encanta y con lo que me despejo, pero si voy a seguir escribiendo o no, se los haré saber.

Una vez más muchísimas gracias por haber llegado hasta aquí y buena suerte en lo que hagan mis amores 😍


Samy ❤️

Rescatar Tu Corazón •Bughead• Donde viven las historias. Descúbrelo ahora