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— Ella no se irá a ningún lado. Mire cómo está. No puede obligarla — Dijo Jughead.

— No tienes que estar así, Elizabeth. Jamás te haría nada. No tengo a nadie y tú eres mi sobrina. Lo único que me queda y es a mi a quien le corresponde tu custodia — Alegó el mayor.

— No quiero irme. Por favor...— Suplicó Betty en voz baja, aún llorando.

— Ella no se irá— Se negó el ojiazul rodeando a Betty con su brazo.

—¿Entonces así será?— Preguntó Charles con una sonrisa cínica. —¿Y qué dirán las autoridades cuando sepan que usted está manteniendo una relación con una menor de edad?— Preguntó sacando su celular de su bolsillo.

—¡No!— Gritó la rubia. — Por favor no llames a la policía. Me iré contigo pero no lo hagas por favor —

— Eso es. Ahora ve por tus cosas, sobrina. Todo esto es por tu bien— Aseguró Charles.

Betty se giró para subir a su habitación para ir por su maleta hasta que Jughead la agarró del brazo. — Betty por favor, no— Le suplicó.

— Es esto o irás a la cárcel, y prefiero morir antes que verte entre las rejas por mi culpa— Dijo la rubia soltándose de su agarre para subir las escaleras.

Jughead suspiró pesadamente y se giró a mirar a Charles, quien sonreía con satisfacción, y el ojiazul fue hacia el, lo agarró de la camisa y lo pegó contra la pared, con fuerza.

— ¿Está loco? Suélteme y agradezca que no he llamado a la policía. Usted ha estado con una menor todo este tiempo y ya eso es bastante serio— Dijo Charles.

— Si llego a enterarme de que usted le ha hecho algo malo a Betty, se arrepentirá. Se lo aseguro — Lo amenazó.

— ¿Por qué le haría algo a mi sobrina? Será como la hija que nunca tuve y es lo único que me queda de mi hermana. Es mi familia. Y ella no es nada de usted— Alegó el rubio.

—Mucho cuidado con hacerle algo. Ya ha sufrido demasiado — Le recordó Jughead soltándolo para luego subir las escaleras.

— Demente— Murmuró Charles arreglándose la camisa.

Jughead subió al cuarto de Betty y la encontró llorando mientras abrazaba a su perro. — Nena...— Habló acercándose a ella y sentándose al borde de la cama a su lado. —Por favor... ese tipo no me da buena espina —

—Lo siento — Se disculpó poniéndose de pie y agarrando su maleta. —Cuida de Milo. Me lo llevaría pero creo que estará mejor aquí. Yo volveré y estaré con los dos —

Jughead suspiró mirando al perro, el cual estaba sobre la cama de la rubia, y luego mirándola a ella. — Si vas a hacerlo, quiero que tengas esto— Sacó una navaja y se la tendió.

Betty tomó la navaja y lo miró a él.

—Nena, si en algún momento ese hombre intenta hacerte algo, quiero que te defiendas con esto. Se que no te he enseñado a usar cuchillos pero sé que tú puedes hacerlo. Si el intenta lastimarte de alguna manera, mátalo. Si no lo matas, podría volver a querer hacerte daño. Que nunca se te olvide y tenlo muy en cuenta — La aconsejó.

La rubia asintió y guardó la navaja, y tomó también su mochila y también su maleta para salir de la habitación.

Jughead la ayudó con la maleta y así los dos bajaron las escaleras y vieron que Charles aún seguía esperándola en la sala.

—Tardaron— Se quejó el rubio. —Te aseguro que estás tomando la mejor decisión, Elizabeth—

— ¿Y se puede saber a donde se la llevará?— Preguntó Jughead.

— Nueva York — Respondió. —El vuelo sale en la tarde y por eso no tenemos todo el día —

—Pero es muy lejos. No me quiero ir— Se negó la rubia con los ojos cristalizados.

— Es eso o ya sabes las consecuencias — Amenazó Charles. —Iremos a tu escuela a buscar tus papeles y estudiarás en Nueva York—

— ¿Por qué tan lejos?— Preguntó Jughead.

— Porque allá es donde vivo y porque allá la crió mi hermana. Vámonos Elizabeth. O ya sabes las consecuencias —

— Déjame despedirme — Le pidió.

Charles asintió, rodando los ojos, y Betty se giró a mirar a Jughead y después de soltar la mochila, lo abrazó. Ésta vez ese abrazo fue diferente. Fue más fuerte y más nostálgico que cualquier otro abrazo que se hallan dado y tardó más de lo que debería.

— El tiempo corre, hay que buscar tus documentos a la secundaria y hay un vuelo que tomar, sobrina— Le recordó el mayor.

Betty se separó del abrazo y se perdió en los ojos de Jughead mientras éste también la miraba y acariciaba su mejilla, ambos con los ojos cristalizados.

— Te amo y prometo volver, papi— Aseguró Betty con una sonrisa triste.

—Te amo nena. Aquí vamos a estar esperándote y que no se te olvide lo que te dije y lo que te enseñé— Respondió Jughead.

Betty asintió y volvió a tomar su mochila y su maleta para salir de la mansión junto a su tío, no sin antes mirar por última vez al ojiazul.

— Mario los llevará a donde tengan que ir— Dijo Jughead haciéndole un gesto a su guardaespaldas y éste se acercó a él. — Escucha... quiero que vigiles muy bien a ese imbécil y los lleves hasta el aeropuerto cuando tengan que irse. Cualquier cosa, avísame — Susurró.

Mario asintió y tomó las llaves que le dio Jughead para luego subir al auto en el que llevará a Betty y su tío.

Betty lo miró con una sonrisa triste antes de entrar al vehículo y Jughead hizo lo mismo. Y después de esto, la rubia entró al auto después de que guardaran su maleta y su mochila en la cajuela del auto.

Jughead vio cómo el auto salía por el portón y no podía pensar en que esa había sido la última vez que la vio para no volver a verla por unos meses. Le aterraba pensar si ese hombre le haría daño y que él no estuviera ahí para rescatarla una vez más.

— Es solo hasta que cumpla la mayoría de edad. Ella estará bien — Aseguró Lucía apareciendo al lado del chico.

Jughead suspiró y la miró. —Solo espero que ese tipo no valla a hacerle nada y no la lastime de ninguna manera. Ella es una chica muy fuerte y estoy orgulloso de ella—




 Ella es una chica muy fuerte y estoy orgulloso de ella—

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💔💔💔

¿Que creen que valla a pasar?



Samy ❤️

Rescatar Tu Corazón •Bughead• Donde viven las historias. Descúbrelo ahora