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La dichosa fiesta llegó, y ahora me encontraba en mi habitación preparándome para irnos.

Al salir de la regadera, camino hasta el tocador mientras siento gotas de agua recorrerme la espalda.

Tomo asiento y comienzo a prepararme, me maquillo sutilmente y me amarro mi cabello en un chongo bajo con algunos mechones sueltos, pero no menos elegante.

Me coloco perfume, los accesorios que compré ayer por la tarde y finalmente el vestido verde oscuro con la abertura en mi pierna izquierda.

Una vez que el resultado me satisface, tomo la mascara plateada con algunas flores en ella y salgo del cuarto.

Bajo las escaleras hasta toparme con esos ojos verdes preciosos, lleva un traje completamente negro, su cabello está bien peinado y sus luceros me recorren la mirada descaradamente mientras bajo los escalones.

- Que sexi.- dice una vez que llego a su lado.

- Tú también estas guapo, Ryker.- hablo con seducción.

- ¿Cómo es que lo haces?- frunce el ceño.

- ¿Qué cosa?

- Ponerme duro sin siquiera tocarme, desearte cada vez que te veo, dime ¿cómo lo haces?- sonrío de lado.

- Eso es un secreto Diamond.

Me toma de la cintura y comenzamos a caminar hacia la salida, en donde nos esperan varios hombres bien trajeados y bien peinados. Incluso Erick se ve más guapo y lindo.

- Que bella.- dice con una sonrisa.

- Gracias, tú también te ves bien.- la mano de Ryker me aprieta más a su cuerpo.

- Excelente elección de vestido, Len.- abre la puerta para nosotros.

Subo primero y después el pelinegro, una vez en la camioneta, Erick y Abel se suben en la parte delantera, mientras que los otros dos tipos van en otro vehículo.

Hacemos el recorrido en silencio, mientras andamos me dedico ver la noche estrellada y los autos pasar rápidamente, convirtiéndolos en un borrón.

Después de un rato por fin llegamos al lugar, este es enorme, tiene una fila larga para pasar por la entrada principal.
Los autos son lujosos y de último modelo, las personas bajan de ellos bien vestidos y con sus masacras.

- Póntela.- dice Ryker.

Tomo la mía y me la coloco, él hace lo mismo, la suya es negra con algunos toques plateados, haciéndolo ver guapo e irresistible.

Cuando llegamos a la entrada, Erick baja de la camioneta y se apresura a abrirnos, el primero en bajar es Ryker, una vez afuera me ofrece su mano y la tomo gustosa mientras bajo del vehículo.

Con pasos decididos y largos, nos adentramos al enorme salón.
Una vez en él, veo varias mesas al rededor de la pista de baile, hay músicos y personas hablando animadamente con diferentes atuendos de distintos colores.

Paso mi brazo por el del pelinegro y caminamos hasta acercarnos a un grupo de hombres con mascaras doradas, negras y plateadas.

- Ryker.- dice uno.

- Bartholomew.- contesta tanjante.

- ¿Cómo estás amigo mío?

- Bien.

- Te presento a mi hijo.- señala a un hombre alto, cabello rubio y traje blanco con negro.

- Soy Christopher, señor.- dice él.

Fin del juego Donde viven las historias. Descúbrelo ahora