Fin del juego

39

- ¿Estás bien?- pregunta Erick mientras golpeo el saco.

- Sí, ¿por qué la pregunta?- frunzo el ceño mientras respiro agitadamente.

- Estás más perdida que otras veces.- se ríe.

- No.- camino hasta tomar mi botella de agua.

- ¿Qué hizo Rusia contigo?- pregunta de forma sarcástica mientras se aleja.

¿Qué hizo?

Me mostró la verdad, me dio todo lo que estuve pidiendo por un año entero y ahora sé quién soy y de dónde vengo.

Soy Lenna Fernsby Amery, y estoy a nada de cumplir mi venganza.

•••

- Sí, está todo listo.- susurro mientras hablo por teléfono.

- Bien, mañana mismo partiremos directo a Chicago señorita Lenna.- contesta Benjamin.

- De acuerdo, todo va a salir bien, atacaremos por la noche ya que la seguridad disminuye y todos duermen, será al rededor de las dos se la mañana. ¿De acuerdo?

- Sí señorita.

- Bien, tengo que irme.- cuelgo la llamada una vez que veo a Ryker acercarse hasta donde estoy.

- ¿Con quién hablabas?- dice mientras toma siento frente a mí en el comedor.

- Con Harry.- lo miro directo a los ojos.

Estos me inspeccionan atentos a cada uno de mis movimientos, tratando de encontrar alguna mentira, pero sé que no lo hará porque cuando vives rodeada de engaños, es fácil ser una perfecta mentirosa.

- Bien.- asiente una vez con su cabeza mientras se ajusta la corbata negra.

- ¿Qué haremos mañana?- pregunto tratando de llenar el silencio que se creo. 

- Por la tarde me reuniré con algunas personas.- contesta mientras una chica le entrega su plato de comida.

- ¿Podré ir?- lo miro.

- Si deseas está bien.- comienza a comer.

- Bien, iré.

- De acuerdo.- sonríe un poco.

Lo veo atenta y sonriendo para mis adentros, esperando a que el día en que lo mate llegue pronto.

•••

- ¡Joder!- grita Harry mientras se atraganta con su comida.

- Lo sé.

Nos encontramos en una cafetería, disfrutando de un desayuno antes de la matanza que haré está noche.

- Ósea, no puedo creerlo, todo esto es demasiado.- se limpia la boca.- A ver, recapitulemos todo lo que te ha pasado este tiempo, primero, no sabías nada de ti, ni de dónde venías y ni siquiera tu nombre completo, después te conseguí un empleo en uno de los bares más caros del lugar y terminaste trabajando para un mafioso que es jodidamente sexi, te enamoraste de él y él de ti y finalmente fuiste a una misión en Rusia donde casualmente estaba tu medio hermano, te secuestro y te dijo toda la verdad.

Habla apresuradamente y yo me limito a beber chocolate caliente.

- Sí, justo así pasó.

- Te dije que algo grande iba a pasarte.- sonrío.

- Deja de creerte brujo.- ruedo los ojos.

- Cállate.- hace un ademan con su mano.- ¿Y ahora planeas vengarte de Ryker?

- Sí.

- Pero él no hizo nada.- frunce el ceño.

- Pero su padre sí.- mi enojo comienza a aumentar.- Y esto es una deuda de sangre.

- Bien.- suspira.- ¿Pero crees poder matarlo?

- ¿Qué quieres decir con eso?- frunzo el ceño, interesada.

- Me refiero a que has estado bastante tiempo a su lado y has ganado algo de afecto hacía él.

- No es verdad.

- Lo es Len. Lenna.- se corrige.- Por eso te pregunto, ¿realmente estás dispuesta a matar a la única persona que te ha logrado entender?

Me quedo callada, pensando en sus palabras.

¿Seré capaz?