Ryker
Veo que el avión está despegando.
Joder no.
- ¡Len!- grito, tratando de ver si logró salir, pero no hay respuesta.- ¡Erick, dónde carajos está ella!
El tipo se esconde conmigo detrás de un auto negro mientras recibimos balas de los tipos.
- ¡No lo sé!- gruñe.
- Joder.- la desesperación aumenta.
Tomo fuertemente el arma y apunto.
Uno, dos y tres hombres caen.
Erick y Abel hacen lo mismo, y derribamos a los hombres.
Viajo mis ojos a todos lados en busca del avión, pero este ya se ha ido con Len en él.
- ¿Se la llevaron?- pregunta el rubio llegando a mi lado.
- Sí.- siento la sangre hervirme.- Le dije que me llamará si algo salía mal, le dije que no fuera sola, le dije que se cuidará.
Grito frustado.
- La encontraremos jefe, ella estará bien.
- Quiero que comiencen a buscarla.- ordeno mientras empiezo a caminar hacia las camionetas.
- Sí señor.- dicen al unísono.
- Debemos de encontrarla.- digo furioso.
Nos subimos al vehículo y arrancamos al hotel para que Erick haga su trabajo, que es rastrear personas.
Muevo mi pierna desesperadamente mientras maldigo en voz baja.
Esto fue un error, todo se fue a la mierda, ella se fue y yo necesito recuperarla. Es mía, y no debo dejar que nadie más la toque.
A los pocos minutos llegamos al hotel, nos bajamos rápido y subimos a mi habitación.
- Vamos Erick, encuéntrala.- digo mientras me sirvo un poco de whisky.
- Será difícil señor ya que no hay nada de ella y el registro facial no puede hacer su trabajo.
- ¡Me importa una mierda! Te pago para encontrar personas, no importa de dónde sean, lo que quiero es hallarla.- grito.
- Sí señor.- regresa a su labor.
Espero impaciente.
Camino en círculos con el corazón acelerado.
Dejo que Erick haga su trabajo y camino hasta el cuarto en donde Len y yo tuvimos sexo ayer por la noche.
Veo que en el suelo están las bragas que le quite mientras la oía gemir mi nombre.
Tomo la prenda en mis manos y la acerco a mi nariz para grabarme su exquisito olor.Las aprieto porque esto es culpa suya, si tan solo no fuera una necia de porquería y me hubiera escuchado nada de esto estaría pasando.
Yo no estaría aquí sentado desesperado por saber de su paradero.
No estaría oliendo sus jodidas bragas.
Desvío mis ojos de la prenda y los poso en el tocador en donde resalta la pulsera que le di hace unos meses.
Me pongo de pie y camino hasta tomarla.
Joder, el único aparato que pudo ayudarnos a saber dónde está no se lo llevó con ella.Quiero matarla, maldita mujer arrogante e intrépida.
Sólo por ella quemaría el mundo entero por encontrarla, por tenerla de nuevo en mis brazos, pero dudo que eso pase de nuevo después de esto.
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Fin del juego
ActionMentiras, secretos, tentaciones y un amor prohibido. Son las cosas necesarias para crear el caos total. ¿Estás listo para averiguar quién miente y quién no?