Un año antes
Vamos en el auto en camino al restaurante, mi padre a mi lado se ve tranquilo pero yo estoy a punto de explotar de nervios.
- Después podremos ir a ver las calles, ¿qué te parece Lenna?- dice él con una sonrisa.
- Me parece bien.
- A tu madre le gustaba mucho este país.- sonríe.- Siempre me decía que los mexicanos eran amables y divertidos.
- ¿Sí?
- Sí, y creo que tiene razón.
- No lo sé, jamás he hablado con un latino.- me encojo en hombros.
Seguimos hablando sobre las personas y sus culturas, pero nuestra conversación se ve interrumpida una vez que llegamos al restaurante enorme.
Nos bajamos y nos adentramos al lugar, la gente ríe y baila en la pista de baile, otras solo se limitan a comer y a disfrutar de la comida.
- Bienvenidos.- dice un señor de avanzada edad mientras sonríe.- ¿Ustedes son la familia Fernsby?
- Sí.- contesta mi padre.
- De acuerdo, síganme por favor.
Mientras caminamos, me permito detallar las pinturas que están colgadas en las paredes del sitio.
Andamos hasta subir unas escaleras enormes que nos llevan al segundo piso en donde ya no hay gente ni ruido, sino sólo una mesa gigante con vista al mar.Sin pensarlo dos veces, me encamino hasta la terraza para poder apreciar las olas y el cielo.
- ¿Es hermoso verdad?- dice mi papá.
- Sí.
- ¿Quieres ir?
- Después de la reunión.- lo miro.
- Bien, mientras come algo.- sonríe y se marcha.
Camino hasta tomar asiento, veo el menú y me decido por unos chilaquiles.
Espero y espero hasta que finalmente las puertas se abren dejándonos ver a los Diamond.Rápidamente me pongo de pie y camino hasta estar al lado de mi papá.
Son seis hombres en total, contando al señor Diamond.
- Fernsby.- dice él.
Es alto, su cabello está bien peinado, lleva un traje completamente negro, sus ojos verdes brillan y su barba resalta.
- Diamond.- contesta mi padre.
- Mucho gusto.- asiente una vez con la cabeza con su semblante serio.
- El gusto es mío.- se gira hacia mí.- Ella es mi hija, Lenna.
- Hola Lenna.- sonríe un poco.- Eres muy linda.
- Lo sé.- respondo seca.
- Y arrogante.- se ríe un poco.- Yo también traje a mi hijo, sólo que por el momento está atendiendo otros asuntos. Me disculpo en su nombre.
- No hace falta.- dice mi padre.- ¿Comenzamos con la reunión?
- Claro.
Sus hombres se posicionan al rededor del lugar al igual que los nuestros, atentos a cada uno de sus movimientos.
- Me alegra que hayas aceptado este pacto de paz, Diamond.
- Ya era hora, debemos de convivir en armonía ¿no es así?- alza una ceja.
- Concuerdo.- mi comida llega, pero el apetito se ha ido.
- Gracias.- respondo.
Me sirvo un poco de vino y lo bebo, con la vista fija en el hombre frente a mí.
Los minutos pasan y ellos hablan sobre los acuerdos que se llevaran acabo.
Mi ansiedad poco a poco se va haciendo pequeña ya que no hay indicio de que esto sea una trampa o algo por el estilo.- Bien, entonces así se hará.- dice mi padre mientras se pone de pie y estrecha la mano del hombre.
- Así se hará.- me mira por unos segundos.- Pero me gustaría aclarar algunas las cosas.
Mientras me pongo de pie, el corazón se detiene y me pongo rígida.
- Odio compartir, y no quiero que tú tengas más poder que yo, Fernsby.
Toco el arma que está en mi espalda.
- ¿Y el acuerdo?- dice él.
- Sólo fue una distracción.- asiente una vez con su cabeza y sus hombres nos apuntan.- Odio ser caritativo con gente que tiene más que yo.
- Eres un imbécil.- gruño mientras le apunto.
- Lenna.- me regaña mi padre.
- Deberías de estar callada, niña.
- ¿Callada?- alzo una ceja.- ¿Ante alguien como tú? Jamás.
No hay oportunidad, si muevo un músculo me mataran.
El hombre me mira feo mientras con toda la tranquilidad del mundo saca una pistola y le punta a mi padre.- Eres muy ingenuo Fernsby.- se burla.- ¿Cómo se te ocurrió juntarte con el enemigo?
- Odio las peleas.
- Para poder tener paz, debes de pelear.
- Nuestra rivalidad es innecesaria.
- Pero inevitable.- y sin decir nada más, dispara.
- ¡Papá!- grito mientras disparo al hombre justo en su corazón.
Todo pasa rápido, las balas llegan, los gritos inundan el lugar, pero yo solo veo a mi padre en el suelo luchando por su vida.
- Lenna.- dice con pesar.- Debes de ser fuerte, debes de aprender de esto.
- No, no, no.- lloro.- Lo arreglaremos, todo va a salir bien.
- Corre.- escupe sangre.- Huye de aquí.
- No voy a dejarte.
- Vete Lenna, debes de salir de aquí o ellos te mataran.
- Pero.- me corta.
- Por favor, déjame ir, estaré bien, tu madre me está esperando.- sonríe un poco mientras sus ojos se cierran poco a poco.
- ¡Padre!- grito mientras la rabia me llena.
El ruido de las balas se hace cada vez más lejano, pero tengo que salir, tengo que sobrevivir y vengar la muerte de mi padre.
Los hombres pelean y mueren en manos de los otros, rápidamente me pongo de pie y apunto.
Caen dos.
Un tipo se acerca detrás de mí, volteo pero me golpea, tirando el arma que estaba en mis manos.
Peleamos puño a puño, siento el sabor metálico en mi boca, el sudor recorrerme el rostro y mis músculos arder.Por su fuerza y tamaño, me toma de los brazos y me avienta a la mesa, velozmente se acerca a mí y me ahorca.
Pataleo y me muevo pero es inútil.Busco algo a mi alrededor, y encuentro una copa que sin dudarlo se lo estampo en la cara, desestabilizándolo.
Aprovecho está oportunidad y tomo el arma que se encuentra en el suelo y disparo.
Respiro agitadamente, debo de huir, debo de alejarme de todo esto.
Iba a hacerlo, pero en el momento en el que di un paso un fuerte golpe en la cabeza me detiene.Caigo al suelo aturdida, unas manos grandes me voltean y me golpean en el rostro, trato de ver qué es lo que puedo hacer.
Palpo el suelo en busca de algo hasta que mis dedos tocan un vidrio.Lo tomo y le rasguño la cara, cerca de su ojo, con impulso lo pateo y salgo disparada del lugar.
Bajo las escaleras, la gente ya no ríe ni baila, sino corren por su vida.Justo como estoy haciendo yo.
ESTÁS LEYENDO
Fin del juego
ActionMentiras, secretos, tentaciones y un amor prohibido. Son las cosas necesarias para crear el caos total. ¿Estás listo para averiguar quién miente y quién no?