Un año antes
Mierda.
Mis piernas arden de tanto correr, no puedo ir al hotel porque sé que deben de estar esperándome.
Corro y corro hasta que veo a un hombre bajar de un auto caro, sin dudarlo le apunto con el arma.
- ¡A un lado!- grito mientras alza sus brazos.- ¡Dame todo lo que tienes!
- Sí, sí.- tartamudea mientras me entrega su billetera.
La tomo, me subo al carro con las llaves en las manos y arranco lejos.
Mis manos arden, mi corazón está acelerado y mis ojos pican por querer derramar lágrimas, pero las retengo porque no es momento para llorar, debo de salir de aquí, debo de estar en un lugar seguro.
Por el retrovisor veo que los italianos me siguen, así que presiono el acelerador.
- Mierda.- gruño.
Hago maniobras, tratando de perderlos hasta que finalmente lo hago y me marcho a mi destino.
Rápidamente llego al aeropuerto, camino empujando a la gente hasta que llego con una señorita castaña.
- ¿Qué vuelo sale ahora mismo?- digo apresuradamente.
- ¿Se encuentra bien señorita?- se preocupa.
- ¡¿Qué maldito vuelo sale ahora mismo?!- grito desesperada.
- A Chicago.- se asusta por mi tono de voz.
- Deme un boleto.
- Pero.- la corto.
- ¡Que me de uno joder!
- Sí, sí.
Me lo da y pago en efectivo.
A lo lejos veo de nuevo a los hombres que me perseguían.
Rápidamente corro a las tiendas que hay allí.Tomo una gorra y ropa.
- Tome.- le entrego más de lo que cuesta esto a la cajera y salgo disparada.
Me coloco la gorra y la sudadera que compré también y camino como si fuera una persona más.
Los hombres pasan, con sus ojos fijos en todos, mientras yo trato de ocultarme entre gente hasta llegar a mi avión.Con éxito lo logro y subo, dejándolos atrás.
•••
- Una habitación.- pido con la voz ronca.
- ¿Nombre?- el hombre con gorra negra mastica ruidosamente un chicle detrás del mostrador.
- Lisa.
- Bien.- se pone de pie y me da unas llaves.- Habitación 23.
Pago con lo último que me queda y me marcho hasta estar en el cuarto horrible que logré pagar.
Es simple, solo hay una cama, un baño y una televisión vieja que estoy segura de que no sirve.Dejo la poca ropa que compré en la cama y camino hasta el baño, me quito las prendas llenas de sangre y me meto a la regadera.
Mis músculos se relajan un poco, mi cara arde y mis brazos duelen.
En lo único que pienso es en mi padre, en su cuerpo sin vida en el suelo de ese maldito lugar.
Los Diamond lo pagaran con su vida, mataré a todo aquel que sea de la mafia italiana.
Abro los ojos con lágrimas y una vez que estoy lista, salgo desnuda, tomo una toalla y la amarro a mi cuerpo.
Me veo en el espejo, estoy horrible, tengo hematomas cerca de mi ojo derecho y en mi cuello está la marca de unas manos.
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Fin del juego
ActionMentiras, secretos, tentaciones y un amor prohibido. Son las cosas necesarias para crear el caos total. ¿Estás listo para averiguar quién miente y quién no?