El despertar de Panem - Capítulo 2

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 Después de varios días de estar soportando el castigo de mi abuelo, una mañana, rebeldes entraron en mi habitación y me sacaron de allí, yo ni siquiera podia abrir los ojos por completo.

- Llevenla con la presidenta.- Dijo uno de ellos, pude reconocer esa voz, la había escuchado en una propo de los rebeldes, era el primo de Katniss, al escuchar "presidenta" creí por un momento que esa presidenta podría ser el sinsajo, estaba equivocada.

Me llevaron sobre la camilla hasta el jardin de rosas de mi abuelo, no entendía porque estarían allí, cuando entramos, traté de abrir los ojos hasta que lo logré y me obligaron a levantarme, me costaba mucho mantenerme de pie.

- Está aqui.- dijo otro de los rebeldes.

Entonces noté que la presidenta no era Katniss Everdeen, sino, una mujer medio alta, con cabello canoso y ojos penetrantes.

- Presidenta Alma Coin.- dijo, me quedé esperando que me tendiera la mano para saludarme pero no lo hizó.

- ¿Presidenta? le pregunté.

- Asi es.- su voz era tranquila e incluso me relajo por un momento. Pero comprendí que tenía que comenzar a preocuparme por lo que me podrían hacer ahora. No podría ser mucho peor que lo que ya me hacía mi abuelo.

Otro rebelde se acerco a la "Presidenta" y le susurró algo al oido. Miró a mi abuelo del otro lado de la sala, el me veía con preocupación.

- Tu eres su nieta.- dijo y me miró y luego clavó la mirada en mi abuelo, lo vió con desprecio.- Y si ella es tu nieta, Coriolanus, ¿Por qué la torturabas, eh?

El se quedó callado.

- Llevense a la niña, aún no lo decido.- dijo, y me dió la espalda.

- ¡¿Qué no decide aún?!- Grité, pero luego caí en la cuenta de que no me serviría de nada.- ¿Van a matarme? me acerqué a la presidenta, pero ella seguía dandome la espalda.

- Es lo que aún no decido, niña.

- ELLA no dejaría que hagan esto sólo porque soy la nieta de él,

- ¿Ella? Preguntó la presidenta

- Katniss.- Fue entonces cuando se giró hacía mi.

- Ella no da las ordenés aquí.- Dijo entre dientes.

- Pues debería.- Le dije entrecerrando los ojos.

- Llevénsela ya.- entonces los guardias me tomaron de los brazos y me sacaron a rastras de allí, me dolía pero tenía que soportarlo. Cuando cerraban las puertas miré hacía atrás y vi a mi abuelo. Cerraron las puertas. 

Después de sinsajoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora