De regreso

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Cuando por fin regresamos, estaba agotada y lo único que quería hacer era dormir.
Durante el camino estuvimos callados e incluso tomamos otro camino, uno en el que ya no estuvieran planeando como asesinarme.

- Ya estamos aquí.- Dijo cuando llegamos a la habitación.
No me molesté en responderle, sólo entré, subí a la cama de arriba y me acosté dándoles la espalda.

- Seguro tienes más personas a quienes matar.- le dije.- No hace falta que te quedes.

- De echo, de verdad soy su compañero de cuarto.- Dijo

- ¿Que no habías dicho que estabas en un grupo?- Le pregunté

- Si, pero eso no significa que me quedo con ellos.- respondió.

- Bah, haz lo que quieras.

- Espera.- intervino Alexander.- ¿Cómo sabemos que no le harás algo estando aquí tan cerca?

- Confíen.

Solté una carcajada al mismo tiempo que Alexander.
Subió a la cama donde yo estaba y se sentó junto a mi, me gire a verlo, unos centímetros más y su cabeza toparía en el techo.

- Me quedaré aquí.- dijo

- ¿Sabes? Hay otra cama allí abajo.- le dije.

- Pero necesito cuidarte.

- De acuerdo.- le respondí

- Hey chicos no hace falta, pueden confiar en mi.- dijo Ethan.

- Mmm déjame pensarlo.- dije con gesto distraído.- No, creo que no.

Y entonces por fin se dio por vencido, Ethan se acostó en la otra litera, en la cama de abajo.

Alexander fue por una de las sabanas que estaban en él cajón debajo de la litera, regresó y se recostó a lado mío.

- ¿No te molesta que me quede aquí cierto?- Me susurró.

- En realidad no.- le dije.- Creí que sería más incómodo.

- ¿Y no lo es?- Preguntó sonriendo

- No como lo esperaba.

- ¿Que quieres decir?

- Bueno nunca habíamos estado tanto tiempo juntos.

- Tengo que cuidarte ahora.

- ¿Y quién te cuida a ti, eh?- Le pregunté

- Podemos cuidarnos mutuamente.- dijo casi con ironía, somos demasiado jóvenes como para cuidar de nosotros mismos, pero cuidar de él... No sonaba tan mal como tener que cuidar de mi misma.

- Bien.- le dije, sonriendo.

- Muy bien.- me dijo.- Ahora duerme, yo cuido que este loco no te mate.- dijo elevando la voz.
Reí un poco en voz baja.

- Me parece bien.- le dije, cerré los ojos y me abrazó, después de todo el tiempo pensando en lo que me podría pasar, por fin me sentía segura.

Después de unos minutos, adormilada, me gire dandole la espalda, sentí como me abrazó.

- Sabes que te cuido ¿verdad?- Me dijo.
Asentí, y le sonreí aún cuando sabia que el no me veía.

Después de sinsajoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora