Cuando había llegado el momento de saltar hasta el otro edificio, ya no estaba tan asustada como la primera vez.
- ¿Estás segura?- Me preguntó Alexander.
- Si...
Tomé vuelo y entonces salté, me quede unos segundos parada en el mismo lugar hasta que después Alexander ya estaba junto a mi y preparándose para saltar hacia el edificio que faltaba.
De nuevo saltamos sin problema, cuando bajamos y por fin estábamos en los callejones por los que tendríamos que caminar de nuevo, Alexander me miró y dijo:- Ya eres más valiente que antes.
- Bueno, supongo que debo serlo.- le dije.
Él suspiró.
- Bien... ¿Exactamente cuál es el plan?- Me preguntó.- Primero debemos cambiarnos esta ropa, y buscar más cosas para el viaje.- le dije mientras comenzaba a caminar.
- ¿En donde?
- Es el Capitolio, encontraremos todo en las tiendas del centro.
- Muy bien.- ya estaba caminando junto a mi.- Yo te sigo.
Como pude; hice lo posible por llegar al centro del Capitolio donde se encontraban la mayoría de las tiendas, pudimos llegar.
- ¿A cuál de todas entramos?- Me preguntó Alexander.
Señalé una de las tiendas:
- ¿A la de ropa interior?- Alexander soltó una carcajada.- No.- no había notado que junto al local que señalé había una tienda de ropa interior.- La que está junto a esa.- reí
- Bien.- él continuó riendo.- Aunque después deberíamos entrar a esa.
- Probablemente.- reí.
Entramos al local, por dentro había mucha ropa, bolsos, accesorios, no eran tan extravagantes como esperaba.
Comencé tomando un pantalón negro y una blusa de ese mismo color, encontré una pero sus mangas tenían forma puntiaguda.
- Esa es linda.- me dijo Alexander.
- ¿Es en serio? Es horrible.- le respondí riendo.
- Claro que no era en serio.- sonrío.- Arráncale las mangas.
Lo hice, fui a uno de los probadores para cambiarme, cuando salí ni siquiera me tomé la molestia de mirarme en el espejo.
- Te ves como toda una rebelde.- me dijo.- su sonrisa no desaparecía.
Caminé hacia los bolsos, encontré una mochila roja y otra gris, tomé ambas.
- Toma.- le tendí la mochila gris.
- Gracias.- me dijo y ambos comenzamos a tomar ropa y metiéndola en la mochila.
- Terminé.- me dijo y se acercó a mi, ya llevaba puesta otra ropa, también estaba vestido de negro.
- Vaya, nunca pensé que se volvería a usar la ropa de colores oscuros aquí.- le dije sonriendo.
- Pues esta pasando.- saco un cepillo para el cabello de su mochila y me lo dio.- lo necesitas.- me dijo.
- Seguro mi cabello es un desastre.- comencé a cepillar mi cabello.
- Vámonos ya.- le dije.
- Creí que ya no habría más saqueadores.- Ambos volteamos a ver quien había dicho eso.
Era una persona con aspecto de gato, o más bien de tigre.
- Nosotros ya nos íbamos.- dijo Alexander.
- Así es.- me puse la mochila y los dos caminamos hacia la salida.- No se preocupen.- dijo.- No tengo a quien avisarle que la nieta de Snow estaba saqueando tiendas.- rió y luego me tendió la mano.- Soy Tigris.
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Después de sinsajo
FanfictionDurante años los vencedores los juegos del hambre se llenaban de riquezas y a mi parecer, eso era suficiente. Pero después noté que las riquezas no eran nada comparado con el sufrimiento que los tributos debían soportar antes y después de los juegos...