Melissa salió de la casa yendo a una parte alejada de patio trasero, estaba exhausta por el trabajo y además había estado bailando con algunas desconocidas que la invitaban. No se negaba ya que estaba cómoda con otras mujeres siempre y cuando no percibiera malas intenciones.
Miró el vaso de cristal que llevaba en su mano y dio un sorbo a la bebida mientras pensaba en el hecho de que no había visto a la chica que la había ayudado hace días o a su hermano. Quizá no eran mucho de reunirse con el pueblo.
Cerró los ojos buscando recobrar la sobriedad, ese no era su primer vaso y la bebida era fuerte. Sabía que estaba iniciando a ponerse ebria, pero aún era consciente de todo a su alrededor.
A los pocos minutos notó como el centro de su atención tomaba asiento junto a ella también con un vaso en la mano.
-No sabía que el señor Madrigal pudiese beber.
-No, no bebo. Pepa insistió en que es un día especial y debía relajarme, creyó que el alcohol ayudaría.
Lo miró sintiendo el rostro algo caliente, el alcohol y sus emociones se mezclaban en ese momento provocando que sus sentidos se nublaran aún más.
-¿Ayudó?
-No mucho, solo consiguió que me diera sueño. Lo que yo no sabía es que tú bebes.
-Hay muchas cosas que no sabes de mí, Brunito.
Bruno se sonrojó un poco por escuchar ese apodo, era algo cotidiano entre su familia. Pero el tono y miradas de la chica lograban que sonase muy diferente.
-Eso veo.
Melissa finalmente sonrió al escuchar esa respuesta.
El ver esa sonrisa acompañada de un rubor en las mejillas y un pequeño brillo en los ojos de la castaña logró que el contrario la admirase durante un tiempo, ninguno de los dos sabía exactamente cuanto, pero fue suficiente para que Melissa pudiese tomar una decisión.
Ya comprendía a que se refería Pedro con "un momento especial", no podía siquiera escuchar la música y risas en el ambiente, ninguno de los dos podía. Estaban en su propio mundo.
-¿Y no quieres saberlas?
La joven fue acercándose cada vez más al mayor, apoyó una mano en su pecho mientras la otra se movía de su hombro a su nuca. Bruno podía sentir que en cualquier momento su corazón se detendría por los latidos tan frenéticos. Tragó en seco mientras asentía levemente y se deleitaba por las caricias en su pecho.
-Bien, te diré una de ellas y las demás las sabrás con el tiempo.
Mientras la mano en la nuca del contrario movía los dedos en forma de pequeñas caricias, la mano en su pecho subió pasando los dedos por su cuello y mandíbula terminando por acariciar sus labios con el pulgar de una forma suave logrando provocarle más de un suspiro al mayor el cual cerró los ojos. Una vista maravillosa a ojos de Melissa.
Se apegó aún más a él y murmuró con una voz dulce y cariñosa, voz que el contrario nunca había escuchado pero lo dejó fascinado.
Un par de palabras, solo dos. Eso fue más que suficiente para que los ojos de Bruno se abrieran de par en par y un enorme sonrojo se apoderase de su rostro, incluso sintió que el aire comenzaba a faltarle.
La chica dejó un corto camino de besos por la mandíbula del contrario y se detuvo en la comisura de sus labios. Se separó del contrario y se puso de pie.
Sabía que iba a necesitar un momento a solas para procesar algo como lo que acababa de hacer, así que regresó a la fiesta olvidando su vaso.
Bruno estaba quieto en su lugar, aún no procesaba lo que acababa de ocurrir. Puso una mano en su pecho confirmando que no estaba soñando, Melissa acababa de mostrarle una faceta de su personalidad totalmente diferente. Las palabras se repetían constantemente en su cabeza, era en lo único que podía pensar.
"Me gustas"
Mientras tanto Melissa estaba en la cocina de la casa junto a su hermana bebiendo un vaso de agua.
-Ya no quiero alcohol.
-Ni que lo digas, bailé con un tipo y terminando el baile me propuso matrimonio.
-¿Qué? Que lo haga frente a mi para que vea como voy a-
-Meli, está ebrio. Ya lo enviaron a su casa, no hagas estupideces aquí.
-Más le vale huir de mi.
-Pero por el contrario, a ti te veo muy feliz. No habías estado así desde hace, uh, años.
-Solo estoy dejando ver mis emociones, ¿es raro?
-Un poco si hablamos de ti.
Las mellizas salieron nuevamente a la fiesta notando como se había vuelto más para adultos que para niños.
-He tenido mucha fiesta por hoy, nos veremos mañana.
-¿Qué? Apenas son las-
-Meli, son las dos de la mañana.
-Nos vemos más tarde entonces.
Lisa subió de forma discreta hasta la habitación, estaba exhausta y no entendía como es que su hermana estaba tan alegre si estaban en el mismo estado.
Melissa sintió que alguien la tomaba de la muñeca y se giró lista para golpear a quien fuese.
Se tranquilizó al ver que Bruno era quien lo había hecho.
-¿Podemos hablar un momento?
La chica asintió y salió de la casa siguiendo al mayor, una vez alejados lo suficiente la soltó.
-Lamento lo de hace un rato, entiendo bien si vas a dejar de hablarme o incluso si estás molesto o decepcionado, yo-
Se detuvo al sentir la mano del contrario en su mejilla consiguiendo que lo mire a los ojos, llevaba todo ese tiempo creyendo que eran marrón. Que equivocada estaba.
-¿Por donde lo estás llevando?
-¿Por donde? Bueno, no lo sé, creo que me excedí y ahora no quieres verme y además estás muy serio.
-Melissa.
La mencionada guardó silencio limitándose a mirarlo algo temerosa por lo que pudiera decir. Su duda y temor se desvanecieron al ver como Bruno sonreía y le colocaba una rosa blanca en el cabello siendo sostenida por básicamente su oreja.
-Tu también me gustas, mucho.
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Siren (Bruno Madrigal)
Fanfiction¿Las sirenas? Reales. ¿Mujeres con cola de pez, desnudas y en el mar? No, así no son. Ese mito las ofende. Las sirenas son mujeres comunes como cualquiera que conozcan, pero con un don muy poderoso. Los personajes no me pertenecen a excepción de las...