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Las mellizas se encontraban de camino a las afueras del pueblo, lo que llamó la atención de Melissa era que iban en la dirección opuesta a donde solía ir con Bruno, así que solo podía aumentar su curiosidad.

Habían pasado dos semanas desde la celebración de Luisa, la niña realmente aprovechaba su don. Aún no podía llegar al nivel de levantar una casa, pero era claro que solo iba a mejorar con el tiempo.

Melissa miraba a su hermana con curiosidad, en todos esos días había estado muy callada y algo seria. Comprendía que no podía sostener su falsa personalidad por siempre pero no era normal que actuara así con ella.

-¿Lisa?

-Dime.

-Has estado muy seria últimamente, ¿puedo saber que ocurre?

-Nada, cosas mías. No es tan importante.

-Sabes que para mí todo lo que tenga que ver contigo es importante, dime que ocurre.

La menor de las hermanas se detuvo frente a una extensa zona vacía, solo había árboles alrededor, dejaba el espacio perfecto para una casa.

-Es aquí, ¿no es bonito?

-Es bonito, pero no me cambies así el tema.

Se desesperó al no recibir respuesta alguna y la contraria solo se limitaba a mirar el campo. La tomó con fuerza de las mejillas obligándola a que la mirase a los ojos, con la mano izquierda la tomó de las muñecas para que no pudiese soltarse.

-Lisa, estoy comenzando a irritarme y no quiero leer tus pensamientos a la fuerza. Ya dime que te ocurre.

Tras otro lapso de silencio que logró irritarla un poco, pudo escuchar a su hermana hablar con una voz suave y un poco temblorosa.

-Estoy preocupada.

La soltó lentamente algo confundida, miró sus manos y pudo notar las marcas rojas en las muñecas de su hermana. Se había pasado un poco.

-Lo siento, lo siento.

-No pasa nada.

-¿Qué te preocupa tanto? 

Acarició el cabello de Lisa mientras la miraba preocupada.

-Lo que tienes con el Madrigal.

-Por dios, eso es cosa nuestra. 

-Ya lo sé, no debería importarme. Estoy feliz de que salgas con él pero aún así me preocupa.

-Pudiste decirlo desde un inicio, ¿Cómo voy a ser una buena hermana mayor si no estoy apoyando a mi dulce hermanita? Dime, ¿Qué te preocupa exactamente?

-No quiero que ambos salgan lastimados, no quiero que se repita el pasado. ¿Lo olvidaste tan rápido?

-Eso es diferente, no te conté la realidad del asunto por que no quería asustarte o algo. Pero solo dejémoslo en que es diferente.

-Pero imagina si te pide matrimonio y al final no se, no se aman o algo y terminas herida. No quiero eso.

-Aún es pronto para pensar en todo eso de matrimonio, no sabemos siquiera si podremos casarnos. No pienses tanto en el futuro.

-Pueden salir heridos sin necesidad del matrimonio.

-Hey, hey. Estoy comenzando a sanar y aceptar todas mis emociones, si termino lastimada solo tocará superarlo y seguir adelante. Además la felicidad perdería sentido si no hay un poco de amargura en la vida.

-No quiero que llores ni que la pases mal un solo segundo.

-Lisa, ¿ya te diste cuenta de quien hablamos? No creo que me haga pasarla mal, es más. Si llego a tener la sospecha de que me hará daño solo echaré un vistazo a su cabeza y listo, asunto arreglado. ¿Bien?

La menor asintió mientras bajaba la mirada al suelo, su hermana la abrazó mientras daba suaves palmadas a su espalda.

Melissa podía entender muy bien la preocupación de su hermana. Después de todo abandonar al novio en el altar podía dejarle una marca emocional a cualquiera.

-Anda, vamos a preparar todo para mudarnos. ¿Cuánto tiempo necesitas?

-Una semana, necesito trazar planos y demás.

-Una semana entonces, tendré que empezar a preparar todo.

-Te ayudo.

-No, harás suficiente con los planos y la casa misma.

Lisa asintió con la cabeza y miró a su hermana a los ojos, esta última le sonrió para calmarla un poco. Claramente funcionó.

-Hermana.

-¿Si?

-¿Cual es esa verdad que no me contaste?

-No quiero hablar de ello, quizá después lo haga.

-¿Promesa?

-No.

-Me caes mal.

-Yo también me caigo mal. Anda, vamos a casa por qué no falta mucho para que empiece la novela, quiero saber que hará María Inés.

-¿Quien?

-La protagonista, ayer descubrió que su esposo la engaña con su hermana ¡en su propia casa!

-¿Qué? Dios, no. ¿Qué hará?

-Eso vamos a ver hoy.

-¿Vamos?

-Es una novela que veo con Brunito, las ratas son las mejores actuando.

Lisa miró a la contraria algo desconcertada, ¿se supone que unas ratas actúan una telenovela? Lo peor es que Melissa parecía emocionarse narrando parte de la trama. Aunque si parecía interesante.

Siren (Bruno Madrigal)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora