Epílogo (1/2)

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Los ojos de Demian brillaban cual joyas mientras se encontraba de pie frente a un portal, del otro lado de este último se apreciaban árboles, nada más.

-Cuídate mucho, no te distraigas como la última vez.

-La ultima vez no fue un cambio significativo.

-Te espero aquí con arepas de mi mami.

El pelinegro sonrió y revolvió el rizado cabello de Mirabel provocando que sus anteojos se desacomodaran.

-Vigila a mi hermana, ya ves que hace cada cosa.

-Isabella dijo que se encargaba de ella, son tal para cual.

Demian levantó una ceja al ver como la menor hacía un puchero y bajaba la mirada.

-Vamos, no te pongas así.

-Ambas me detestan.

-No lo hacen, solo se molestan fácil. Ya hablamos de esto.

-Bien, cuídate.

El mayor asintió con la cabeza y cruzó el portal, agitó la mano en forma de despedida antes de que se cerrase. Miró a su alrededor y pudo percatarse de que estaba a las afueras del pueblo, un lugar perfecto ya que no quería ser visto por nadie.

Una rata salió de entre su cabello y se sentó en su cabeza mientras miraba todo de forma curiosa.

-Muy bien, Luis. Tenemos trabajo que hacer.

-Vaya que tenemos mucho trabajo.

Se sobresaltó y miró detrás suya topándose a su hermana menor, suspiró molesto. Había sido muy especifico cuando le pidió no ir con él.

-¿Qué diablos haces aquí?

-Mi hermano necesita ayuda, incluso si no quiere recibirla.

-No, Aisha. Regresa, abriré un portal y vas a cruzarlo.

-¿Y pretendes aparecerte así nada más, sin ocultar tu naturaleza o tu apariencia?

-El cabello rizado es común aquí.

-Imagino que los ojos rosas igual. Además recuerda que una sirena reconoce a otra, ¿Qué harás si mamá te descubre?, no es como que puedas decir "Ay, soy tu hijo de muchos años después, tu falleciste por culpa de la hermana a la que tanto odio y mi papá falleció de tristeza, vine a evitar eso. Lindo día, por cierto."

-Aisha, ya hablamos miles de veces de esto. No te odio.

-Oh, ¿de verdad? Siempre vas por ahí abrazando y cargando a Mirabel, siempre revuelves su cabello. ¡Incluso le hiciste sus anteojos a mano! ¿Y a mi? Que me lleve el demonio.

-No planeo discutir contigo aquí y ahora.

-Pues yo sí. Y me vas a escuchar por qué es lo que quiero que hagas.

-Bien, su alteza. La escucho.

-Dices que no me odias pero dime, ¿Qué hiciste hace un par de días? ¿Qué me dijiste? "Ojalá pudieras ser un poco más como Mirabel"

-Ya, estaba muy emocional y admito que me pasé, lo siento.

-Y no es solo eso, la escuché decir "la ultima vez" ¡incluso ya hiciste esto antes con ella! y a mi no me quieres traer.

-Eso fue algo sin importancia, ese día intenté hablar contigo y me arrojaste un libro a la cara diciendo que estar con Camilo era mil veces más interesante.

-Por qué no se la pasa pidiéndome ser más optimista ni que me alegre un poco más, no soy una persona alegre y no planeo serlo.

-¡Pues bien! No seas optimista, no seas alegre. No cambies, no me interesa ya. ¿Contenta? Ahora, si me vas a ayudar perfecto, quédate. Pero si solo planeas estorbar te juro que abro un portal y te empujo, tú decides.

Siren (Bruno Madrigal)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora