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Melissa soltó a Bruno dejando que se siente en la cama.

-Anda, quítate la ruana y acuéstate a dormir, estas ebrio.

-No quiero dormir.

Bruno se quitó la ruana y se recostó en la cama, no quería dormir pero tampoco quería molestar a la menor.

-Entonces no duermas, pero no te levantes de ahí. Por como hablas puedo darme cuenta de que no perdiste el conocimiento, ¿tanto aguantas?

-Podría decirse.

Miró la prenda verde en la cama y le fue inevitable ponérsela, realmente le gustaba.

-Me encanta como te ves con ella puesta, ¿lo sabías?

-Parece que Félix tenía razón.

Se desconcertó cuando notó la expresión de molestia en el rostro ajeno.

-¿Qué?

-No hables de otros hombres, no me gusta.

-Pero es tu cuñado.

-¿Y? Sigue sin gustarme.

-Parece que Brunito es algo celoso. ¡Ay!

Soltó un quejido de sorpresa al ser jalada de la muñeca por el mayor provocando que cayera sobre él.

-Si, supongo que lo soy.

Levantó un poco el vestido y acabó sentada sobre Bruno el cual colocó sus manos en las caderas de la chica.

-Igual no hay mucho con lo que puedas celarme, no tengo amigos aquí y no suelo hablar con la gente del pueblo. No me gusta socializar.

-¿No te gusta? ¿Sabes lo que no me gusta? Que tomes un hombre del antebrazo y lo lleves fuera a hablar.

-¿Nos viste?

-Claro que los vi, no me gustó.

Se inclinó hasta poder besar los labios del mayor, jadeó al sentir como este último se encargaba de profundizarlo. Apoyó sus manos en los hombros del contrario mientras sentía la presión aumentar en sus caderas.

Al separarse solo pudo reír mientras respiraba un poco agitada.

-Vaya que tomas valor estando ebrio.

-¿No te gusta?

-Me fascina. Si me vas a castigar así cada vez que algo no te guste no me importaría portarme mal.

-Eso no es un castigo, ¿sabes que es un castigo?

Melissa se sobresaltó al sentir una nalgada.

-Eso es un castigo.

-¿Sabes? Creo que ese tipo era guapo.

Sonrió al sentir la acción repetirse, podría jurar que incluso había usado más fuerza.

-No es cierto, nadie me parece más guapo que mi Brunito.

-No seas mentirosa, cualquiera es más guapo que yo. Puedo entender si un día cualquiera de estos me dejas.

La menor se inclinó nuevamente y provocó un escalofrío en el contrario cuando respiró en su cuello, lamió este último y terminó por morderlo con fuerza provocando una reacción que no esperaba. Un gemido, eso fue lo que escapó de los labios de Bruno el cual estaba mordiendo su labio inferior pero aún así no pudo contenerlo.

-Se supone que era un castigo por decir estupideces.

-¿Qué estupideces?

-Eso de que cualquiera es más guapo que tú, no es cierto. No me gusta que digas eso, no lo hagas.

-Pero si es ciert-

Sus palabras fueron interrumpidas por un segundo gemido, lo habían vuelto a morder.

-No es cierto y punto.

Al darse cuenta de que la contraria no se iba a detener se limitó a asentir con la cabeza. El mareo comenzaba a agobiarlo y sabía que quizá no iba a poder dormir bien.

Melissa lo miró y no pudo evitar reír de ternura. Bruno tenía los ojos entrecerrados y el ceño fruncido mientras movía un poco la cabeza de un lado a otro, estaba mareado y solo iba empeorando con el rato.

-¿Qué es lo gracioso?

-Oh dios, mi señor está molesto.

Al no recibir respuesta se sorprendió de saber que estaba en lo correcto. Lo había dicho como una broma pero quizá no era tan "bromita".

-¿De verdad? 

-Puede.

-Espera, no me digas. ¿Desde que nos viste en la tienda?

Sus ojos se abrieron de par en par cuando lo vio asentir. Era muy bueno escondiendo sus emociones, eso o es que ella era muy mala percibiendo su enojo.

-¿Por qué no me dijiste nada? 

-Es una tontería molestarme por algo así.

-No, no es una tontería. Esas son la clase de cosas que se hablan.

-¿Y que se supone que te iba a decir?

-Que te molestó lo que hice, por dios. 

-Me molestó.

Melissa suspiró buscando que palabras usar exactamente, una persona ebria podría mal interpretar muy fácilmente las cosas y ella no era muy buena con eso. Se acurrucó apoyando la cabeza en el hombro del mayor y sonrió sutilmente al sentir como la abrazaba.

-¿Hay alguna forma de arreglar ese enojo?

Esperó un poco y no pudo evitar desesperarse por el silencio, había sido demasiado largo para ella.

-¿Brunito?

Levantó un poco la cabeza y lo observó dándose cuenta de que se había dormido, intentó soltarse pero claramente falló. Lo único que consiguió fue que la abrazara más fuerte sin llegar a aplastarla.

-Será una larga noche.

Siren (Bruno Madrigal)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora