Almas gemelas

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Almas gemelas, una tortura para los betas, omegas y alfas que se obsesionaban con ella, solo el 20% de la población encontraba a su alma gemela y los que lo hacían procuraban no mencionarlo, ya que era un recordatorio para los demás de que ellos talvez nunca la encontrarían, y claro porque era peligroso.

Los científicos estudiaban a tantas almas gemelas como podían, era obligatorio reportarlo y la base de datos se mantenía en secreto. Gracias a esta habían dado con tres cosas que eran certeras:

Primero las almas gemelas tenían una diferencia de edad que no superaba los diez años, no habían encontrado a ninguna pareja que sobrepasara esa diferencia de años.

Segundo, estas siempre eran anunciadas por un extraño brillo del color de ojos del contrario en el pecho, esto únicamente se presentaba después de los 18.

Y, por último, una vez unidas si una moría el otro le seguiría casi de inmediato.

Por lo demás había demasiadas variables, cualquier pareja era posible, alfa-omega, omega-beta y beta-alfa y como las personas no eran perfectas, dos almas gemelas podían ser polos opuestos y terminando rechazando el vínculo, aunque era raro que pasara.

Todo esto era un completo desastre y si un mundo lleno de personas con habilidades especiales, con un segundo género que los hacían susceptibles a el lado primitivo de su animal interno y que estos pudieran cambiar formas ya era complicado, imagina uno donde además está la constante presión de que la persona con la que te cases o juntes no sea tu alma gemela.

Pero eso solo era para las personas tontas o eso era lo que pensaba Katsuki, él sabía que las almas gemelas existían y sus padres eran el claro ejemplo de ello.

Pero para Katsuki había algo más importante que encontrar a una persona que supuestamente es tu otra mitad. Lo importante para él, era convertirse en el siguiente símbolo de la paz.

Era una meta más realista que pasarte la vida buscando una persona que ya podía estar muerta, que tuviera algún tipo de enfermedad o que fuera una basura de persona.

Y estaba muy cerca de lograrlo.

Era el héroe más prometedor a sus 21 años, un alfa con un increíble poder que había fortalecido en sus tres años en la mejor escuela para héroes, la U.A.

Estaba a máximo dos años de conseguir que la asociación de héroes le diera el sí para fundar su agencia de héroes con copropietario al maldito mitad-mitad, tenía buenos amigos, aunque no se los diría directamente y era el héroe número siete, que le había costado llegar ahí se ha de decir.

Estaba en el punto más alto de su vida y tenía que ser puesta patas arriba por un mocoso de diecisiete años, bueno ahora dieciocho, pecoso, con forma y color del brócoli y unos hermosos ojos que eran las esmeraldas más brillantes que había visto.

Y ahí estaba con el pecho brillando en verde y el del chico brillando en rojo, con la mirada de Shota Aizawa, el jodido mitad-mitad y el pelo de mensuración desorbitados por la sorpresa.

- Mierda – fue lo único que pudo decir. 



Hola esta es una historia original que decidí publicar gracias a una amiga, siempre quise escribir una historia así, quiero que los capítulos sean cortos y fáciles de leer. Así que lo más probable es que nunca lleguen a más de 1000 palabras.

Mas que eso les doy gracias por leer.

El brillo de tu pechoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora